Un juez pide procesar a una mujer por mentir al acusar de malos tratos a su compañero

La titular del juzgado de lo Penal Número 1 de Alicante, María Dolores Perelló, ha absuelto a un hombre de 52 años acusado de un delito de maltrato en el ámbito familiar y pide que se procese a la denunciante, su pareja sentimental, tras admitir ésta que había mentido en la instrucción de las diligencias.

Esta sentencia se registra poco después de que la jueza decana de Barcelona, María Sanahuja, hiciera unas declaraciones que desataron una fuerte polémica al alertar del abuso de denuncias falsas sobre violencia doméstica en procesos de separación.

El absuelto, Miguel Angel A.V., chileno de 52 años, había convivido durante más de 10 años con la denunciante, Esperanza P., con quien tenían un hijo en común de 6 años.

La mujer denunció que el 18 de noviembre de 2003 el acusado le había dado un fuerte empujón que le hizo perder el equilibrio cuando caminaban por una calle de Alicante, y que una semana después también fue empujada y obligada a entrar en su casa porque antes se había negado a ello debido a que su compañero pretendía entregarle efectos personales.

DISCUSIONES FUERTES

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Además, la mujer puso en conocimiento del juez de guardia que el 4 de enero de 2004 MA.A.V. le arrebató violentamente las llaves de su casa y que le tiró del pelo amenazándole con el puño, mientras que dos días más tarde también le gritó que "le iba a mandar a alguien para que le rompiera los dientes", lo que fue presenciado por el hijo de ambos, según la primera denuncia de la mujer.

Durante el juicio oral, el hombre negó los hechos por los que fue acusado e insistió en que en ningún momento agredió o insultó a su pareja, aunque sí reconoció que habían tenido "discusiones fuertes".

Por su parte, la denunciante y presunta víctima declaró que "no eran ciertos los hechos objeto de la denuncia", y a pesar de que el fiscal le insistió en que había denunciado "hechos muy concretos", ésta mantuvo su negativa.

LA MUJER MINTIÓ

La sentencia contempla que la mujer admitió que "había mentido" debido a que en aquella época "estaba muy nerviosa y tenía muchos problemas por tener un hijo estudiando en Alemania y otro sordomudo".

En su día, la mujer había acudido al juzgado de guardia y había pedido una orden de protección que conllevó que el juez le atendiera de forma preferente y que diera cuenta a la Policía de los hechos.

Al ser preguntada por esta circunstancia en el juicio, la mujer denunciante contestó que aquella jornada había estado mucho tiempo sola en las citadas dependencias y que firmó "sin leer" el papel que le pusieron delante.

NI COACCIÓN NI MIEDO

En la sentencia, la juez aclara que preguntó a la mujer si se sentía "coaccionada o con miedo" como posible causa por el cambio radical en la declaración, lo cual fue rechazado por la denunciante incluso cuando el fiscal le advirtió de que podría haber incurrido en un delito.

Ante la ausencia de pruebas de cargo y la falta de "incriminación" por parte de la denunciante durante el juicio, la juez ha dictado sentencia absolutoria y ha accedido a la solicitud del fiscal de tomar testimonio a particulares por un posible delito de denuncia falsa por parte de la mujer.