La investigación apunta a que los asesinos de los agentes en Navarra fueron delincuentes comunes

Cientos de vecinos de Calahorra (La Rioja) han acudido a la iglesia de los Santos Mártires para asistir al funeral de los dos guardias civiles asesinados ayer en la localidad navarra de Castejón. Mientras, la policía sigue buscando el Suzuki verde usado en el crimen y a sus ocupantes. Los investigadores creen que es obra de delincuentes comunes, aunque Interior aún no ha descartado otras hipótesis.

El funeral estuvo oficiado por el nuevo obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Juan José Omella y otros 16 sacerdotes, y al mismo acudió el ministro del Interior, José Antonio Alonso, que asistía por primera vez a las honras fúnebres de agentes desde su llegada al cargo, el pasado mes de abril.

Junto a él estaban el presidente riojano, Pedro Sanz; el director de la Guardia Civil, Carlos Gómez Arruche y el director general de Tráfico, Pere Navarro, entre otras autoridades.

Los ataúdes estaban envueltos con la bandera española y fueron llevados al interior de la sala a hombros de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional.

Allí, el ministro les impuso la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo, antes de dar el pésame a los familiares de los fallecidos, muchos de los cuales no paraban de llorar.

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SE REFUERZA LA TESIS DE LA DELINCUENCIA COMÚN

Las hipotesis sobre la autoría del tiroteo siguen abiertas aunque desde anoche fuentes de la investigacion se inclinan más por la posibilidad de que se trate de delincuencia común organizada. Así lo ha confirmado en la SER el delegado del Gobierno de Navarra, Vicente Ripa.

Estas fuentes aseguran que la munición empleada es de calibre 45 y de la marca alemana Geco. Esta munición, de grueso calibre, suele ser utilizada por bandas de países procedentes del este, y se usa en subametralladoras como la M-3, un arma vieja que casi no se utiliza.

EN BUSCA DEL TODOTERRENO VERDE

El Suzuki verde, que aún no se ha localizado, sigue siendo otra de las incógnitas de este caso. Es importante para la policía porque a partir de su localización se cotejarán las huellas encontradas y la matrícula. Los investigadores tienen el problema añadido de que faltan testigos presenciales. Sólo hay uno y no es capaz de reconstruir la escena completa.

Sobre la huída de los asesinos, Vicente Ripa decía que huyeron en dirección a Pamplona aunque luego dieron la vuelta y pudieron dirigirse hacia Soria o La Rioja, ya que se trata de una zona con muchos cruces de carreteras.

Los agentes murieron ayer por la tarde al ser ametrallados cuando intentaban dar el alto a un turismo que había cometido una infracción y fueron ametrallados por sus ocupantes. En la zona fueron hallados hasta 23 casquillos de bala.