Los buzos comienzan el rescate de los marineros de "O Bahía"
Limpian de redes el acceso al pesquero para introducirse en su interior
Los submarinistas de elite contratados por el Ministerio de Fomento están sumergidos limpiando las redes que rodean el pesquero para acceder a su interior y rescatar los cuerpos de los cuatro marineros que aún siguen desaparecidos. El pesquero "O Bahía" se hundió el pasado 3 de junio en las inmediaciones de las islas Sisargas, en la Costa da Morte.
El mal tiempo en la zona del hundimiento ha obligado al equipo de rescate, que se encuentra a bordo del "Bar Protector", a retrasar la primera inmersión.
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Los submarinistas pretenden "fijar y amarrar" todos los objetos que puedan flotar y chocar contra las hélices del "Bar Protector", que son las que estabilizan el buque, y que podrían poner en peligro la operación de rescate.
BUZOS ESPAÑOLES Y BRITÁNICOS
El capitán marítimo de A Coruña informó de que los buzos tratarán de introducirse en el interior del "O Bahía" en la segunda inmersión para intentar recuperar los cuatro cuerpos de los marineros desaparecidos.
En la jornada de ayer, un vehículo submarino de control remoto hizo una inspección de todas las redes, en las que han visto cajas y diversos objetos que impiden ver si hay algún cuerpo entre ellas.
Una vez despejada la zona del naufragio, el "Bar Protector", en el que se encuentran nueve buzos británicos y tres españoles, se posicionó en la vertical del pesquero hundido, a unos 75 metros de profundidad.
UN ASCENSOR DEL 'PROTECTOR' AL 'BAHIA'
El "Bar Protector" cuenta con una cámara hiperbárica, cuya presión es similar a la que se encuentra a 60 metros de profundidad -se calcula que el barco está a unos 75- y es un habitáculo que tiene cabida para nueve personas en el que los buzos pueden comer y dormir.
La cámara lleva acoplada una campana redonda en la que caben tres buzos, que mediante un sistema de lastres y cables similar al mecanismo de un ascensor, se desplazará hacia el fondo, hasta los 60 metros.
A través de la trampilla del suelo de la campana, saldrán dos de los tres submarinistas y permanecerán enganchadas a ella con cables de 30 metros de longitud.
