Las comunicaciones entre Palacio y Arias revelan cómo intentaron deshacer el entuerto sobre la autoría de ETA el 11-M
A partir del 15 de marzo, Inocencio Arias comenzó a tratar de arreglar el desaguisado creado ante sus colegas
Madrid
La Cadena SER ha conocido nuevos datos sobre las comunicaciones entre el Ministerio de Exteriores de Ana Palacio y la Embajada ante Naciones Unidas tras el atentado del 11-M. En su esfuerzo por intentar arreglar el desaguisado de nombrar a ETA como autora de los atentados -en una resolución que aprobó la ONU- el Gobierno argumentó que siempre actuó de buena fe.
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La primera comunicación se la envía la misión española ante la ONU a la entonces ministra Ana Palacio el mismo 11 de marzo. En ella se dice que, siguiendo las instrucciones de Palacio, se ha logrado añadir a la resolución de condena del atentado de la ONU la "mención específica a que los atentados fueron cometidos por el grupo terrorista ETA".
Otra comunicación explica que Rusia y Alemania se resistieron, y que Alemania sólo cedió tras recibir su embajador una llamada del ministro de Exteriores alemán. Una llamada que, según el texto, "le produjo al embajador visible irritación, en parte dirigida hacia nuestra delegación".
ARREGLAR EL ENTUERTO
A partir del 15 de marzo, cuando ya se habían producido las primeras detenciones de los presuntos autores, se describe cómo el embajador ante la ONU, Inocencio Arias, comienza a tratar de arreglar el entuerto. Si bien Arias dice que no es posible de momento llegar a conclusiones definitivas, admite ante todo el que le quiere escuchar que "han sido descubierto nuevos elementos que apuntan a la intervención en los atentados de ciudadanos de otros países".
En los días siguientes, Inocencio Arias sigue desplegando toda su capacidad diplomática para tratar de salvar la cara al Gobierno. Asegura que numerosos colegas le han preguntado por el asunto, y que él les ha respondido que lo lamenta. El argumento justificativo es siempre que el Gobierno español actuó de buena fe y convencido de la autoría de ETA.
Todo lo ocurrido creó gran malestar en la ONU. Malestar que el mismo secretario general, Kofi Annan, llegó a expresar. Annan dijo que los miembros del Consejo de Seguridad se habían sentido muy incómodos, y que lo ocurrido era una lección para todos.
La ONU siempre ha tratado de evitar nombrar a un grupo determinado a la hora de condenar el terrorismo, algo que ni siquiera se hizo en la resolución que se aprobó tras los ataques del 11-S en Nueva York.