Oiarzabal y Pasabán regresan a España tras su ascensión al K2

El alpinista Juanito Oiarzábal declaró hoy, viernes, a su llegada a Madrid después de haber coronado la cumbre del K2 que no disfrutó, como suele, de haber hecho cumbre debido a que esta vez llegó "con un edema pulmonar".

"Lo que quiero cuando llego a la cumbre, es disfrutar. Pero en mi caso en especial, yo llegué con un edema pulmonar, y estábamos a 25 grados bajo cero. Era muy tarde, teníamos preocupación por la bajada... No disfruté mucho", explicó el alpinista vasco.

Oiarzábal -nacido el 30 de marzo de 1956 en Vitoria- llegó a las 21:50 a Madrid, vía Londres, junto a los demás integrantes del equipo de "Al filo de lo imposible", entre los que se encontraba la guipuzcoana Edurne Pasabán -nacida en Tolosa el 1 de agosto de 1973-, única mujer superviviente al K2.

"A una persona como yo, que ya ha hecho 35 expediciones al Himalaya, ya no le deben influir esos sentimientos que se tienen por dentro. Es la segunda vez que subo al K2. Soy positivo, sé que cometimos algún error, pero teníamos casi todo controlado", explicó Juanito.

"Dentro de lo que cabe, el K2 no se ha comportado del todo mal, aunque nos hemos tenido que emplear muy a fondo. Si no es por el programa de 'Al Filo de lo imposible' y de unos italianos, todavía no se hubiese podido subir. Hay una gran placa de hielo que hay que pasar", comentó Oiarzábal.

"Hay que poner ahí a los mejores, y sin duda esos éramos al filo...", apuntó

Por su parte, Edurne Pasabán declaró que ahora se encuentra mejor. "Ahora estoy bien, pero cuando bajé de la cumbre, tenía miedo y estaba anímicamente bastante mal, con los pies congelados", manifestó.

"Pero tengo los mejores amigos que se pueden tener, y eso te hace sentirte bien. Anteriormente habían subido otras cinco mujeres, de las cuales, han fallecido todas. No había hasta ahora una mujer viva que hubiese subido al K2", explicó la guipuzcoana.

"Cuando 'Al filo de lo imposible' me invitó a formar parte de la expedición, para mí significó una expedición más. No tiene ningún significado en especial", apuntó la alpinista vasca.

"Para subir el K2, se necesita un grupo muy fuerte y técnico para poder subir", explicó Edurne. "Lo que valoro es la oportunidad de haber ido", añadió.