La llama olímpica vuelve a arder en la ciudad de Atenas

Los XXV Juegos Olímpicos de la edad moderna han arrancado en Atenas a las 20.00 horas de esta tarde con una ceremonia que pretende ser un viaje en el tiempo a la Grecia de hace 3.000 años. La gran duda de la ceremonia, la forma en la que iba a ser encendido el pebetero, era desvelada al filo de la madrugada, cuando el medallista Nikolaos Kaklamanakis acercaba su antorcha al recipiente móvil diseñado por Calatrava. La delegación española, que salía a las 21.05 de la noche, estaba encabezada por una mujer, la judoka Isabel Fernández, precisamente en unos Juegos en los que las mayores esperanzas del equipo nacional están puestas en las féminas.

La ceremonia de inauguración, concebida por el joven coreógrafo Dimitris Papaioannou, se iniciaba poco después de las 20 horas de la tarde. Un manto formado por miles de pequeñas luces blancas iluminaba las gradas del estadio de Atenas, bajo la impresionante cúpula de Calatrava.

El espectáculo, que se prolongará durante tres horas y media y que cuenta con la participación de 4.000 personas, se iniciaba con un cometa de fuego cruzando todo el estadio y encendiendo los cinco aros olímpicos situados sobre una laguna de agua.

Con el encendido da comienzo un espectáculo de color, música y fuego, mucho fuego, que recorre los 3.000 años de historia de Atenas, desde los dioses clásicos hasta la voz de Maria Callas, que inunda el Estadio Olímpico.

OVACIÓN A LAS DELEGACIONES IRAQUÍES Y ESPAÑOLA

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Poco después, aparecieron las 202 delegaciones, a la cabeza de todas ellas el abanderado griego, Pyrros Dimas. La delegación estadounidense fue recibida por los asistentes entre pitos y aplausos. Su vestimenta no es del todo discreta, al igual que la de Japón, país que sale justo detrás. Muy cerca de los estadounidenses aparece la delegación iraquí. Los 27 representantes de este país son recibidos con una gran ovación.

Los españoles, con la yudoka Isabel Fernández a la cabeza, salen al estadio a las 21.05 horas. Ella marca el paso para los más de 300 deportistas españoles, que tiñeron de rojo y blanco la pista del estadio.

El desfile de las 202 delegaciones terminaba con el equipo olímpico del país anfitrión. Después llegaba una espectacular actuación de la artista Björk, que envolvió con su manto a todos los deportistas.

"JUEGOS OLÍMPICOS, BIENVENIDOS A CASA"

Los actos previos al encendido del pebetero han estado marcados por las palabras de la presidenta del Comité Organizador de Atenas 2004, Gianna Angelopoulos-Daskalaki, y el presidente del COI de Bélgica, Jacques Rogge. "Bienvenidos a los Juegos Olímpicos, bienvenidos a casa", decía Angelopoulos-Daskalaki.

Después de los discursos oficiales, el presidente de Grecia, Costis Stephanopoulos inauguró oficialmente los Juegos, siguiéndole a continuación el sonido de campanas y la entrada de la bandera olímpica rodeada por decenas de niños agitando su ramita de olivo, símbolo de la paz. Tras la lectura de los juramentos de los deportistas y los jueces, se ha iniciado el encendido de la llama olímpica.

El ex jugador de baloncesto Nikos Gallis entraba con la antorcha al estadio y tras ser relevada por seis deportistas griegos, llegaba a las manos del medallista Nikolaos Kaklamanakis. Al filo de la madrugada se desvelaba el secreto mejor conservado de toda la ceremonia, descendiendo el pebetero móvil de Calatrava y ascendiendo después de ser encendido. El fuego arderá en la capital ateniense durante los próximos quince días.

Dos circunstancias ensombrecen la competición aún antes de su comienzo: la amenaza terrorista y el dopaje. Atenas se ha blindado como una caja fuerte para los primeros Juegos Olímpicos tras el 11 de septiembre y que además coinciden con el fin del ultimátum lanzado por el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, a los países europeos.

Las sustancias dopantes han provocado ya las primeras ausencias, como las de los españoles Jovino González y Janet Puiggros, que no se han desplazado a la capital griega por haber dado positivo por EPO en los controles puestos en marcha por el Consejo Superior de Deportes (CSD).

A parte de este escándalo, el que más ha marcado las horas previas al inicio de los Juegos a sido el que afecta a las estrellas griegas Kostas Kenteris y Ekaterini Thanou.