Cerca de 1.500 palestinos presos en Israel comienzan una huelga de hambre
Los presos protestan por el agravamiento de sus condiciones de vida
Unos 1.500 palestinos presos en cárceles israelíes iniciarán mañana, domingo, una huelga de hambre "hasta la muerte" para protestar por sus condiciones de detención, que algunos activistas de derechos humanos han calificado de "peores que en la cárcel bagdadí de Abu Gharib".
Los reclusos cumplen condenas en Israel por delitos relacionados con la seguridad del Estado y casi una cuarta parte de ellos llevan más de 20 años encarcelados.
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Israel, que los considera simplemente "terroristas"-mientras para los palestinos son "luchadores por la libertad"-, ya ha advertido de que no cederá a ninguna de sus demandas. "En lo que a mí respecta, pueden hacer huelga un día, un mes o incluso morirse de hambre", expresó ayer en rueda de prensa el ministro israelí de Seguridad Interior, Tsaji Hanegbi.
RETROCESO EN LAS CONDICIONES
Los presos protestan por el agravamiento de sus condiciones de vida, especialmente tras la entrada en funciones el año pasado de un nuevo responsable del Servicio de Prisiones de Israel (SPI), Yaacov Granot. Un ex comandante del SPI que no quiso identificarse dijo que Granot "aplica una implacable política (represiva) que le va a estallar en la cara".
Expertos en derechos humanos han denunciado que el trato que reciben los presos palestinos en Israel es peor que el que sufrieron los iraquíes en la prisión bagdadí de Abu Gharib.
Las principales denuncias se han producido en las cárceles de Shata y Guilboa, en el norte, pero la huelga es, en principio, generalizada.
57 EXIGENCIAS
Los presos de seguridad han presentado un listado de al menos 57 exigencias, que abarcan desde que se les permita cursar estudios universitarios en la Universidad de A-Najah, de Naplusa, hasta disponer de hierbabuena para el té.
Pero el SPI considera que las más importantes son las que tienen que ver con la comunicación con el exterior. "Cada vez que capturamos un teléfono móvil nos preguntamos cuál será el siguiente autobús que estallará", afirmó Granot.
Los presos de seguridad, actualmente en un completo aislamiento, demandan que se les permita el empleo de telèfonos públicos y móviles para comunicarse con sus parientes, que se autoricen visitas familiares sin un cristal de separación y que sean abolidos los cacheos corporales.
Tambièn ha creado una comisión ética que supervisará el trato a los huelguistas y estudia la posibilidad de autorizar que se alimente a un recluso en contra de su voluntad si su vida corre peligro.