Valencia y Atlético empatan en Mestalla (1-1)

El Atlético de Madrid, cuando jugaba con un hombre menos, logró el gol del empate en Valencia, e igualó un encuentro tras el que el conjunto valencianista se mantiene en crisis, pero que deja un sabor agridulce en el conjunto madrileño, que durante algunas fases del encuentro fue superior a su rival.

Quedó claro que el Valencia está a años luz del equipo que ganó el último campeonato, pero al Atlético le faltó un poco de convicción para llevarse el partido.

El Valencia saltó al terreno de juego con una alineación en la que figuraban once campeones de la pasada Liga, aunque esta formación tan sólo se mantuvo seis minutos, los dos primeros de juego y los cuatro restantes con el partido interrumpido.

Muy pronto se produjo el susto de la lesión del argentino Pablo Aimar, que recibió una patada en la cara y estuvo tendido un tiempo sobre el terreno de juego mientras era atendido por los médicos de ambos equipos. Su puesto fue ocupado por el italiano Marco di Vaio.

Durante la primera parte las fuerzas estuvieron muy niveladas entre un Valencia que mejoró la imagen de los últimos partidos y un Atlético que se mostró cómodo sobre el césped de Mestalla: seguro en defensa, intenso en el centro del campo y vertical en ataque.

El equipo madrileño tuvo más el balón que su rival y lo movió con fluidez ante un Valencia algo nervioso en defensa y al que le costó mucho crear ocasiones de gol, a pesar de que la presencia de Mista desde el principio dio un poco más de entidad al equipo.

El partido llegó al descanso con la igualada inicial, sin que ninguno de los dos porteros hubiera tenido que realizar intervenciones de fuste y sin que ni unos ni otros hubieran impuesto su ley.

Los cambios del descanso en el Atlético cambiaron la fisonomía del partido y dieron algo más de profundidad al Valencia, que cada vez se aproximaba con más frecuencia a la meta del argentino Leo Franco.

Fernando Torres era, sin embargo y a pesar de estar muy solo, una preocupación constante para la defensa del Valencia, que no podía descuidarse, lo que mantenía el partido abierto y entretenido.

Aunque el Valencia había mejorado en su juego, fue necesaria una acción extraña, una salida rara de Leo Franco fuera del área, para que el gol se presentara en el partido. Angulo marcó al aprovechar un rechace de Pablo a tiro de Di Vaio, con lo que el equipo de Mestalla cobraba ventaja, aunque sin haber superado claramente al rival en lo futbolístico.

La expulsión de Veljko Paunovic, seis minutos después del gol local, configuró un nuevo partido con un Valencia sin prisas, pero también sin frescura, y un Atlético con urgencias, pero aparentemente con pocas posibilidades de resolverlas, por lo que el partido se trabó, las faltas cobraron protagonismo y el espectáculo decayó.

Sin embargo, el Atlético salió del compromiso cuando en una de sus esporádicas galopadas, Torres hizo, con clase y calidad, el gol del empate.

No se adueñó, sin embargo, el Valencia del partido y, con la excepción de una falta lanzada por Baraja, que rozó el larguero, el equipo visitante manejó bien el balón y estuvo más cerca de la victoria que el conjunto local.