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El BCE, "preocupado" por la reforma del Pacto de Estabilidad

Solbes califica de "buen acuerdo" el resultado, a pesar de la libertad que otorga a los gobiernos en el cómputo del déficit

Bruselas

Tras siete meses de negociación, el acuerdo sobre la reforma deñ Pacto de Estabilidad ha sido acogido con optimismo por las autoridades de la Unión Europea. La nota discordante ha sido las del Banco Central Europeo, que ha afirmado estar "seriamente preocupado" por lo acordado por los ministros de Finanzas de la UE.

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En un comunicado distribuido en Francfort, el organismo presidido por Jean-Claude Trichet señala que es necesario evitar "que los cambios en el ámbito correctivo" del Pacto "debiliten la confianza en el marco fiscal de la UE" y en el carácter sostenible de las finanzas públicas de los países de la eurozona. "Una política fiscal sólida y una política monetaria orientada a la estabilidad de precios son fundamentales para el éxito de la Unión Económica y Monetaria", ha insisto la entidad.

Lejos de la inquietud mostrada por el BCE, el tono de las de las autoridades económicas europeas al acuerdo es positivo. El ministro de Economía y Hacienda de la UE, Pedro Solbes ha calificado este compromiso, que consideró el único posible en este momento, de "satisfactorio". Solbes valoró el hecho de que ahora el Pacto de estabilidad y crecimiento estará "más adaptado a las circunstancias económicas," a la vez que respetará los techos de déficit y deuda y los procedimientos.

El nuevo Pacto de Estabilidad sigue respetando los valores de referencia del 3% del Producto Interior Bruto (PIB) para el déficit público y del 60% para la deuda, a la vez que tiene más en cuenta la situación económica de cada país. Solbes considera que con la reforma se avanza en la dirección de "prestar más atención a la fase preventiva del Pacto, de tal forma que evitemos al máximo la parte sancionadora". Ha explicado que, sobre la base del Tratado, se introducirán una serie de "circunstancias excepcionales y factores relevantes que deberán permitir adaptar mejor el análisis (por parte de la UE) de las economías de los diferentes países". Según ha reconocido, el Pacto será "menos automático" a la hora de lanzar procedimientos cuando no se respeten sus principios, pues es "la condición necesaria para prestar más atención a las circunstancias de cada país".

También el primer ministro luxemburgués y presidente de turno de la Unión Europea, Jean-Claude Juncker, ha mostrado su "satisfacción" por haber logrado un "acuerdo global" que preserva las "reglas fundamentales" de la Unión Económica y Monetaria. A su juicio, el compromiso final "salvaguarda enteramente" el poder de la Comisión Europea y refuerza la "atmósfera de confianza recíproca" entre el Ejecutivo comunitario y el Ecofin.

Por su parte, el comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia, ha señalado tener una "apreciación muy positiva" del resultado final, ya que en él aparecen "todas las posiciones esenciales" expuestas por la Comisión en septiembre. Mientras, para el ministro belga, Didier Reynders, el cumplimiento de lo acordado "es una cuestión de credibilidad de cada uno de los Estado, en particular de los que tienen problemas presupuestarios hoy".

Francia y Alemania, conformes

Alemania y Francia, principales causantes de la reforma del Pacto tras la decisión de los ministros de UE, en noviembre de 2003, de dejar en suspenso su aplicación para estos países, han mostrado su satisfacción por el acuerdo. El ministro francés de Economía, Thierry Breton, ha exclamado que: "Hoy es un día importante para Francia". Este país está en situación de déficit excesivo, por encima del 3% del Producto Interior Bruto (PIB) desde 2002. Breton ha afirmado que se siente "muy satisfecho" porque el conjunto de "factores pertinentes" que la Comisión Europea deberá tomar en consideración cada vez que analice la evolución de las finanzas públicas incluye las dos peticiones francesas. En concreto se valorarán los gastos en investigación y desarrollo, así como los destinados a la "solidaridad exterior", que incluye los ligados a las ayuda a los países en desarrollo y "el apoyo a las operaciones bajo mandato de la ONU, por ejemplo".

Para Alemania el acuerdo también ha sido beneficioso ya que ha conseguido que su apruebe su petición de que se valoren los costes "de la unificación de Europa" a la hora de evaluar el déficit público alemán y de decidir si han de aplicársele o no a este país medidas correctoras.

 
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