La Policía mantiene la venganza como motivo de la profanación del cadáver del "geo" muerto en Leganés
La investigación continúa abierta un año des
Madrid
La Policía mantiene la hipótesis de una venganza en la profanación del cadáver del "geo" Francisco Javier Torronteras, que falleció el 3 de abril de 2004 en la explosión de una vivienda de Leganés en la que se suicidaron siete de los presuntos autores de los atentados del 11 de marzo en Madrid. Desde su muerte, Torronteras ha recibido medallas, un ascenso a título póstumo y el homenaje de los leganenses. Su cadáver, que recibió sepultura el día 4 en un nicho del Cementerio Sur de Madrid, fue profanado 15 días después por unos desconocidos, que sacaron el féretro, mutilaron el cuerpo con pico y pala y lo quemaron.
Más información
La investigación por este acto vandálico continúa hoy abierta, según dijeron fuentes policiales, que explicaron que la hipótesis principal sigue siendo la de un acto de venganza porque los terroristas que explosionaron la vivienda de Leganés no habían sido aún enterrados como establece el Corán. Un versículo del Corán pide la "condena de la incineración" para "los que provoquen a los creyentes".
Torronteras, que estaba casado y era padre de dos hijas, había nacido en Madrid en 1962 y llevaba en la Policía desde 1987. Tres años después, hizo el curso para ingresar en el Grupo Especial de Operaciones (GEO). El último acto de servicio del "geo" fue el asalto a la vivienda de la calle de Carmen Martín Gaite donde la Policía había detectado a presuntos autores del 11-M, que tras varias horas atrincherados en ella la hicieron explotar. El agente no falleció por la explosión misma, sino porque le cayó encima un trozo de pared que le seccionó la yugular, según reveló en julio pasado en la comisión de investigación del 11-M el entonces director general de la Policía, Agustín Díaz.
Torronteras ha sido reconocido oficialmente como la víctima 192 de los terroristas autores del 11-M, lo que permite a sus herederos ejercer acciones legales. Su familia ha recibido 239.000 euros de indemnización, 138.000 de ellos como víctima del terrorismo.