La revolución conservadora del Papa Wojtyla
En 26 años ha visitado 120 países con un mensaje siempre conservador
A lo largo de sus 26 años de papado, Juan Pablo II ha realizado 104 viajes para acabar siendo el 'papa viajero', esto es en el fondo, un Papa muy consciente de su poder político. Sus constantes peregrinaciones le han llevado a dar la vuelta al mundo unas 27 veces y visitado más de 120 países desde que fuera elegido el 16 de octubre de 1978. Pero la visión de otras culturas y otros credos no cambió en nada su fe, ni su doctrina, siempre conservadora pese a las transformaciones del mundo.
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Así, visitó los sitios sagrados de otras religiones, el Chile de Pinochet, la Cuba de Fidel Castro (vestido de civil para la ocasión), y sobre todo viajó a su Polonia natal, en 1979, cuando aún regía el sistema socialista. De hecho, a Karol Wojtyla se le atribuye un papel fundamental en el fin de los extintos regímenes comunistas de Europa central y oriental.
Además de la caída del Muro de Berlín, en estos 26 años, Juan Pablo II fue testigo, entre otras, de las dos guerras contra Irak. En la primera, el Vaticano pasó de mantener una postura neutral a condenarla. A la segunda guerra contra Irak se opuso con todas sus fuerzas por considerarla ilegal.
Una Iglesia vertical e inquebrantable
Y sin embargo, pese a mostrarse siempre crítico con regímenes no democráticos o con las políticas que generan o no combaten la pobreza, Juan Pablo II ha sido constantemente censurado por su visión tradicionalista y conservadora.
Wojtyla restableció los cánones de verticalidad en la Iglesia, y de hecho condenó la Teología de la Liberación -que buscaba un mayor compromiso de la Iglesia con la realidad de los más pobres-, y la neutralizó. Tampoco permitió la discusión sobre el celibato de los sacerdotes o el papel de las mujeres en la Iglesia: todo sigue como ha venido funcionando durante siglos.
De igual modo, el mismo Papa que defendía la lucha contra pobreza en el Tercer mundo, se oponía a renglón seguido a los métodos anticonceptivos, incluso como herramienta para la prevención del Sida.
Contra el Sida, abstinencia
La Iglesia Católica sigue difundiendo en estos países -y también en Europa: el ejemplo es lo manifestado por la Conferecia Episcopal española- la idea de que los condones no protegen adecuadamente contra el Sida. Juan Pablo II se ganó así el rechazo de los sectores más progresistas de la iglesia católica de los países menos desarrollados.
Las críticas se han repetido en las democracias de Occidente, cuando el Papa -una y otra vez, insistentemente- manifestó su oposición al divorcio, a las uniones de homosexuales y a los derechos de las parejas que no han contraído matrimonio.
Wojtyla ha promovido durante su papado más de 480 canonizaciones, una cifra superior a la de cualquiera de sus predecesores. Claro, que entre esas canonizaciones hubo muchas discutidas, como la del fundador del Opus Dei, el español José María Escrivá de Balaguer.
El perdón del Vaticano
En su apretada agenda de estos 26 años, Juan Pablo II ha tenido sitio para visitar a los representantes de otras religiones. En muchos casos, su intención era la de cerrar heridas con otras confesiones, cristianas o no.
Así, en el año 2000, el Papa pidió perdón por las acciones del Vaticano en la historia. Pero no dejó contentos todos. Buena parte del judaísmo consideró sus disculpas demasiado tibias, especialmente por no mencionar nunca el papel de Pío XII, quien prefirió mirar para otro lado cuando supo de la existencia de los campos de concentración nazis.