Sociedad

El jefe del retén muerto en Guadalajara decidió llevar al grupo al lugar donde les atrapó el fuego

Así lo ha revelado el coordinador de incendios de Guadalajara en la comisión investigadora

El auxiliar técnico forestal responsable de dirigir el contingente que luchaba contra el fuego en el flanco de Santa María del Espino, Pedro Almansilla, fue el encargado de llevar al retén de Cogolludo al lugar donde el fuego acabó con su vida y con las de otros diez miembros del retén. Así lo reveló hoy Antonio Solís, coordinador provincial de incendios de Guadalajara y responsable de la coordinación del incendio durante el domingo 17 de julio, en su comparecencia ante la comisión que investiga en las Cortes de Castilla-La Mancha los hechos que ocurrieron entre el 16 y el 21 de julio en la zona.

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Ante las preguntas de la portavoz del PP en la comisión, Ana Guarinos, Solís explicó que él mismo encargó a Almansilla hacerse cargo del contingente que tendría que luchar contra el foco secundario que se reactivó en la zona de Santa María del Espino. Dejó claro que Almansilla no recibió ninguna orden precisa para dirigirse hasta el lugar concreto donde perdió la vida y confesó no saber por qué lo hizo. El compareciente, que también es jefe del Servicio del Medio Natural y amigo personal del fallecido, subrayó que se trataba de "un profesional impresionante, que conocía la zona perfectamente" y que siempre ha actuado con la máxima prudencia, sobre todo si llevaba personas a su cargo.

Declaró que él se encontraba de vacaciones cuando comenzó el incendio el sábado 16, pero esa misma noche acudió al Centro de Operaciones de Guadalajara (COP) para informarse sobre la situación y a la mañana siguiente se puso al mando de las operaciones. Según dijo, al llegar al COP ya se encontraba allí Almansilla, quien se sumó a los trabajos pese a que estaba fuera de servicio, y a las 14.55 horas se dirigió a la zona, donde tenía que hacerse cargo del retén de Cogolludo y de seis retenes que se dirigían hasta allí desde Cuenca.

Por otra parte, Solís manifestó que el incendio superó con creces todas las previsiones posibles y sentenció: "por muchos medios que hubiéramos tenido, nada se habría podido hacer salvo lo que hicimos". También lanzó una batería de datos sobre la virulencia del fuego que, dos horas después del inicio, había recorrido once kilómetros, con un frente de cuatro kilómetros, y quemaba simultáneamente una superficie de 152,6 hectáreas.

El frente principal liberaba una potencia calorífica similar a 64 centrales nucleares como la de Trillo, por lo que, según sus cálculos, habrían hecho falta 21 millones de litros de agua para absorber esa energía, es decir, 4.219 aviones soltando 5.000 litros de agua cada uno de forma simultánea. "Alguien sensato puede achacar a la falta de medios o a la descoordinación que no se sofocara el incendio en las primeras horas?", preguntó el compareciente. Asimismo, tuvo un emocionado recuerdo para los fallecidos y felicitó a quienes participaron en la extinción "del incendio posiblemente más voraz y terrible que ha sufrido España", un "monstruo" que, pese a todo, pudo ser extinguido.

"Hecatombe natural"

Previamente, compareció el responsable de coordinar el incendio de Guadalajara durante el 16 de julio, Miguel Aguilar, quien manifestó que el fuego se controló "pronto y bien" cuando las condiciones lo permitieron, puesto que en los primeros días fue una "hecatombe natural" ante la que "no se podía hacer nada". El compareciente detalló que en poco más de dos horas el incendio había recorrido once kilómetros con una velocidad de 4,5 kilómetros por hora, las llamas alcanzaban una altura de diez metros y recorrían una superficie de diez hectáreas por minuto y el fuego liberaba una energía de 50 megawatios por metro lineal.

Por la mañana, declaró el subdelegado del Gobierno en

Guadalajara, Juan Pablo Herranz, quien aseguró que la coordinación fue correcta, aunque reconoció que él mismo cometió "errores de interpretación" y facilitó a los familiares de los fallecidos información "confusa", hechos por los que pidió disculpas. También comparecieron el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Guadalajara, Andrès Bachiller, que confirmó que la única causa del fuego fue la barbacoa, y el experto Manuel Peinado, quien opinó que la explosión que causó la muerte a los miembros del retén fue "inevitable e impredecible".

 
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