Volkswagen estudia vender SEAT, según 'Der Spiegel'
El semanario alemán afirma que la firma española tiene hasta 2006 para incrementar sustancialmente ventas y beneficios
Francfort
El fabricante de coches alemán Volkswagen estudia vender la marca de Seat si sigue registrando pérdidas a pesar del lanzamiento de dos nuevos modelos en este año, según publica esta semana la revista alemana Der Spiegel. La marca alemana ha desmentido la información.
La publicación, que no cita a ninguna fuente concreta, afirma que Seat tiene hasta mediados de 2006 para incrementar de forma sustancial sus ventas y beneficios y elevar su 'cash flow', demostrando así que merece nuevas inversiones.
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En caso contrario, Volkswagen podría utilizar la planta de Seat en Martorell para construir coches de otras marcas del Grupo y vender la marca de Seat, eventualmente a un fabricante automovilístico chino que quiere entrar en el mercado europeo.
Seat empezó este mes negociaciones con los sindicatos para reducir sus costes y hacer frente a un excedente de plantilla de cerca de 800 trabajadores provocado por el descenso de la producción y el estancamiento de la demanda en sus principales mercados de exportación.
Pese a esta información, el portavoz de la automotriz en España ha afirmado que "es pura especulación. No hay planes de cerrar la planta de Martorell, de vender la marca ni de producir modelos para otros fabricantes".
En plena reestructuración
Durante el Salón Internacional del Automóvil (IAA) de Fráncfort, el presidente de Seat, Andreas Schleef, se ha limitado a comentar que la futura estrategia de la casa se basa en el eslogan "La nueva Seat", pero no ha citado nada sobre la producción de nuevos modelos.
La matriz está inmersa en una profunda reestructuración para reducir costes de producción y personal, que pasa por eliminar, al menos, 10.000 empleos en las plantas alemanas y deshacerse de los segmentos menos productivos.
En una entrevista publicada esta semana, el jefe de la marca Volkswagen, Wolfgang Bernhard, apuntó que si el grupo no consigue cambiar el rumbo en tres años, la actual crisis pondrá en peligro la supervivencia del constructor.