De cómo y con quién Tamayo y Sáez pudieron "esfumarse"
La SER puso al descubierto las claves de la operación que impidió a Simancas ser presidente de Madrid
Fue la mañana del martes 10 de junio de 2003. Ese día se constituía la Asamblea de Madrid. Los diputados socialistas Eduardo Tamayo y Mª Teresa Sáez, se "esfumaron" sin previo aviso poco antes de la votación de la presidencia de la cámara. Su ausencia, provocó una crisis política sin precedentes en Madrid. La deserción no había sido casual. La SER puso al descubierto en los días posteriores las claves de la operación político-inmobiliaria que impidió a Rafael Simancas convertirse en presidente de la Comunidad.
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El 15 de junio de 2003 la Cadena SER reveló la relación entre dos promotores inmobiliarios, Francisco Bravo y su tío Francisco Vázquez y la célebre "espantada" en la Asamblea de Madrid. El tránsfuga socialista, Eduardo Tamayo, había llamado a través de su teléfono móvil hasta en 5 ocasiones al empresario Bravo Vázquez en momentos clave de la operación.
Del listado de comunicaciones las fechas llamaban la atención. Tamayo había telefoneado al empresario Francisco Bravo entre el 23 de mayo y el 9 de junio, por tanto, dos días antes de las elecciones autonómicas y tan sólo unas horas antes de que se se celebrara el famoso pleno. También había llamado -incluso minutos antes de la votación- a su padrino político, José Luís Balbás y a la otra tránsfuga Maite Sáez.
Eduardo Tamayo y Francisco Bravo se conocían porque ambos compartían intereses inmobiliarios en un polígono industrial en la zona suroeste de la Comunidad. Fue Bravo quien reconoció haber reservado las habitaciones de hotel en las que se alojaron el propio Tamayo y Sáez durante la mañana del pleno, aquel 10 de junio.
Los empresarios Bravo y Vázquez, compartían por aquel entonces hasta 50 empresas dedicadas a la construcción y el juego, pendientes de varias recalificaciones y cuyos nombres aparecieron en varias tramas de corrupción inmobiliaria en municipios gobernados por el PP
Bravo también mantenía relación directa con otro clásico, el entonces secretario general del PP madrileño, Ricardo Romero de Tejada. Bravo estuvo en su despacho de la calle Génova un día antes de la deserción pero el ex alcalde de Majadahonda, dijo que le habían presentado a Bravo en dos bodas.