Sociedad

Un sacerdote se querella contra el Arzobispo de Granada por acoso

Se considera perseguido por su vinculación con CajaSur

El sacerdote y profesor de la Facultad de Teología, Javier Martínez Medina, ha interpuesto una querella contra el arzobispo de Granada, monseñor Javier Martínez Fernández, por "calumnias, injurias, acoso moral, lesiones y coacciones", según han sabido Radio Granada de la Cadena SER en fuentes judiciales.

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Ni el profesor ni su abogado han querido realizar ningún tipo de declaración pública, aunque fuentes cercanas al caso han asegurado que las acciones penales emprendidas son fruto del "auténtico acoso que ha sufrido el profesor, desde que monseñor Martínez fue nombrado arzobispo de Granada, procedente del obispado de Córdoba", y que ha tenido su máximo exponente en la decisión oficial de suspenderle en su ejercicio sacerdotal.

Las mismas fuentes indican que el prelado comenzó la persecución hacia el canónigo, hecho ampliamente conocido en ambientes eclesiásticos y universitarios, por su vinculación con CajaSur.

Fuentes judiciales han indicado que es la primera vez que en España, un arzobispo es llevado a los tribunales, acusado de calumnias, injurias, acoso moral y coacciones.

Coacciones continuas

En el entorno del sacerdote, ahora suspendido ad divinis, se comenta que, desde que fue destituido también como archivero de la Catedral, las coacciones han sido continuas. La gota que colmó el vaso fue que el arzobispo le acusara por escrito de apropiación indebida en relación con la publicación del libro de la Catedral de Granada, paralizado por el propio prelado.

El sacerdote interpuso, entonces, una demanda de conciliación, que se vio en el juzgado el pasado lunes. Fuentes cercanas al profesor han confirmado a esta redacción que días antes de la citación judicial, el arzobispo ya amenazó al sacerdote con suspenderle de sus funciones como cura, como al final ha hecho, si no retiraba las acciones por la vía judicial ordinaria.

Finalmente, el prelado ha cumplido lo que, en el entorno del sacerdote, se considera como "su amenaza". El entorno de Martínez Medina ha mostrado su extrañeza porque el arzobispo haya recriminado permanentemente al cura el escándalo público que el proceso ha supuesto y el mal que ello provoca a la iglesia, cuando -dicen las mismas fuentes- ha sido el propio Arzobispado el que ha filtrado la noticia de su suspensión ad divinis como cura.