Casi tres años sin muertes de ETA
Sus últimos actos fueron cometidos con bombas de poca potencia
Madrid
ETA ha anunciado hoy un alto el fuego permanente que llega tras casi tres años sin matar. La organización terrorista no había abandonado las armas, pero sus últimos actos habían sido llevados a cabo con bombas de poca potencia y avisando con antelación de la colocación de las bombas.
El 30 de mayo de 2003 fue el último día en el que la banda terrorista causó víctimas mortales, con el asesinato de los policías Bonifacio Martín Hernando y Julián Envit Luna, desde entonces no ha vuelto a matar.
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Sus objetivos en este tiempo han sido empresas (las fuentes de la lucha antiterrorista vinculan estos atentados al llamado "impuesto revolucionario"), intereses turísticos (sus habituales "campañas de verano", que se han extendido a algunas operaciones de salida de vacaciones), infraestructuras eléctricas y de ferrocarriles o juzgados, entre otros.
ETA ha atentado en catorce ocasiones este año, y en los últimos meses, al menos en tres de ellas, ha acompañado los explosivos con una nota en la que se advierte "peligro bomba".
Violencia callejera
Además, ha habido en las últimas semanas una treintena de acciones de violencia callejera, en las que se incluyen, entre otras, ataques a varios policías municipales y a periodistas, a domicilios de ediles y a sedes de partidos, así como lanzamientos de artefactos contra entidades bancarias.
Las últimas acciones terroristas tuvieron lugar el pasado 9 de marzo cuando estallaron dos artefactos en sendas carreteras de las localidades de Ontón (Cantabria) y de Viana (Navarra) de los cuatro de los que ETA había alertado. Días después fueron hallados restos de otras dos explosiones en Gallur (Zaragoza) y Miranda de Ebro (Burgos).
"Peligro bomba"
El día anterior tuvo lugar otra explosión, que causó heridas leves a una persona, en la sede de Falange Española en Santoña (Cantabria), con la que se convertían en cuatro las acciones en las que este año los terroristas colocaron el cartel de "peligro bomba" en los explosivos.
Además, se produjeron cuatro atentados sin aviso previo mediante llamada telefónica para advertir de la colocación del explosivo fueron los perpetrados en los juzgados de Munguía (Vizcaya), el 27 de febrero; los cometidos el 26 de enero en una oficina de correos en Murguía (Alava) y en el juzgado de paz de Balmaseda (Vizcaya), y, el cuarto, el atentado contra las oficinas del INEM en Santutxu (Bilbao), el 29 de enero
El cartel de "peligro bomba" fue utilizado en el atentado del pasado 22 de febrero, cuando una bomba hizo explosión en las inmediaciones de una empresa ubicada en la zona de Bolueta (Bilbao).
El octavo atentado del año tuvo lugar seis días antes: el 16 de febrero, un artefacto compuesto por unos cinco kilos de explosivo, probablemente cloratita, estalló junto a un pabellón que lucía un cartel de la empresa de construcción Otaduy, en la localidad vizcaína de Trapagarán, en una zona industrial cercana a Bilbao.
La explosión, anunciada por un comunicante anónimo a Gara una hora antes, no causó víctimas.
Dos días antes, el 14 de febrero, fue en la localidad navarra de Urdax, fronteriza con Francia, donde la explosión de una furgoneta bomba causó daños importantes en una discoteca. Un comunicante, que dijo hablar en nombre de ETA, anunció su colocación a la DYA.
El 1 de febrero, ETA atentó de madrugada contra las oficinas centrales de Correos en Vizcaya, situadas en un polígono de Etxebarri. Un comunicante anónimo avisó de la explosión al diario Gara y la DYA de Guipúzcoa.
En el mes de enero, el día 29, un ertzaina sufrió heridas leves como consecuencia de la explosión de una bomba colocada en la oficina del INEM del barrio bilbaíno de Santutxu que, además produjo importantes daños en el lugar.
Un vecino alertó a la Ertzaintza de la existencia de una mochila sospechosa que tenía una pequeña nota que ponía "peligro bomba" por lo que los policías acordonaron la zona.
Meses antes, la banda ya había avisado de la misma forma de la colocación de otros artefactos, el 4 de noviembre de 2005, cuando atentó contra los juzgados de Zarautz (Guipúzcoa) e incluso un año antes, el 23 de octubre de 2004, cuando atentó contra una inmobiliaria de Bilbao, aunque en esta ocasión la inscripción se reducía a la palabra "Peligro".
Primeros atentados del año
Los primeros cuatro atentados del 2006 fueron los siguientes:
- El 5 de enero explotaron dos artefactos en el parador de Sos del Rey Católico (Zaragoza). ETA había avisado de la explosión a la DYA de Guipúzcoa y al diario "Gara".
- Ese mismo día, la banda colocó una bomba en una instalación eléctrica situada en Aratores (Huesca), aunque la Guardia Civil halló el artefacto, ya explosionado, el 7 de febrero, después de recibir dos llamadas que señalaban su colocación, la prima a la DYA y la segunda al diario Gara.
- El 26 de enero, la banda atentó contra los juzgados de Balmaseda (Vizcaya) y la oficina de Correos de Murguía (Alava).
ETA no ha cometido atentados mortales desde el 30 de mayo de 2003, la fecha en la que la banda se cobró la vida de los policías nacionales Bonifacio Martín Hernando y Julián Envit Luna, pero lo ha intentado.
En la noche del 14 de septiembre de 2003, dos hertzianas resultaron heridos, uno muy grave, en el Alto de Herrera (Alava) por los disparos de dos etarras, uno de los cuales, Arkaitz Otazua, murió al repeler la agresión los policías. El otro etarra, identificado como Asier Mardones, escapó.
Los terroristas, tras robar un automóvil, avisaron al teléfono de emergencias de un supuesto accidente de tráfico y cuando los agentes de la Ertzaintza se desplazaron al lugar de los hechos, dispararon contra ellos con una escopeta de cañones recortados.
El 24 de diciembre de ese mismo año, la Policía localizó dos bombas preparadas por un comando de ETA para que estallaran en la estación madrileña de Chamartín a primeras horas de la tarde de ese día.
Los agentes detuvieron en San Sebastián a Garikoitz Arruarte, quien llevaba una mochila con 25 kilos de explosivo, cordón detonante, temporizadores, una pistola, una peluca y otros efectos, además de un billete para el tren Intercity Irún-Madrid.
Poco después fue arrestado en Hernani (Guipúzcoa) Gorka Loran, en el interior de su domicilio, donde se había refugiado después de introducir en el mismo tren una maleta cargada con casi 20 kilos de explosivo que tenía un temporizador programado para estallar a las 15:55 horas.
La Policía detuvo el ferrocarril en la estación de Burgos, desalojó a los viajeros e hizo explotar el artefacto.
En 2004, ETA además intentó llevar a cabo una acción espectacular en Madrid durante la campaña para las elecciones generales del 14 de marzo, pero las fuerzas de seguridad se lo impidieron.
En la madrugada del 29 de febrero la Guardia Civil detuvo a los presuntos etarras Gorka Vidal Alvaro e Izkur Badillo cuando transportaban en una furgoneta 536 kilos de explosivos (506 de cloratita y 30 de dinamita) con la que planeaban cometer un atentado en Madrid de forma inminente.
Vidal conducía el vehículo cargado de explosivos y su compañero viajaba en su propio coche particular, que hacía funciones de lanzadera.
Mientras el primero fue apresado cuando se encontraba en la plaza de Cañaveras (Cuenca), el segundo sufrió un accidente de circulación y fue auxiliado por vecinos del pueblo de Poveda de la Sierra (Guadalajara). La carga explosiva fue neutralizada por artificieros de la Guardia Civil.
Avisos y poca potencia
No obstante, en la mayor parte de los atentados cometidos por la banda en los últimos dos años se emplearon artefactos de poca potencia, y en casi todos los casos los terroristas alertaron de la explosión antes de que se produjera.
En 2004, ETA cometió 33 atentados, que causaron una quincena de heridos leves, mientras que el año pasado la banda perpetró 45 acciones en los que resultaron heridas leves 48 personas, 43 de ellas en el atentado cometido el 9 de febrero en Madrid.
Ese día, un coche bomba cargado con entre 20 y 30 kilos de cloratita estalló en el Campo de las Naciones de Madrid, tras una aviso en nombre de ETA al diario Gara.
El coche bomba había sido colocado próximo a los pabellones en donde se inauguró horas después la muestra de arte ARCO y causó daños materiales en un edificio cercano y en los vehículos aparcados en la zona.