FC Barcelona-Real Madrid: JL vs FM
Laporta y Martín. Catalán militante (tanto que implica al club) y vallisoletano adoptado por Madrid
Madrid
En el palco del Camp Nou, la 'llotja', debutará junto a Joan Laporta el sucesor de Florentino Pérez, Fernando Martín. En plena reestructuración mental para el próximo ejercicio. El segundo. Pues el primero parece satisfecho con Thierry Henry para aderezar un poco más la salsa que más se baila, la del juego azulgrana.
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Pero el otro se hace cruces con los dedos para resolver el galimatías. Hasta siete candidatos para el banquillo, todos de prestigio universal pero ninguno como Del Bosque, y largas listas de refuerzos y bajas. Es la marejada de una campaña convulsa, la que certificó el cambio de dirección del puente aéreo que acostumbraba a capitalizar la Liga española hasta la irrupción del milagro Lendoiro y el Depor y la consolidación del sentimiento fallero del Valencia.
Allá, donde los notables, Laporta y Martín disfrutarán de los dos cargos más populares del país. Ya lo preguntó en su momento Ramón Mendoza, que tenía ganas de saltar al ruedo ibérico y público. ¿Qué es más importante: ser alcalde de la capital o presidente del Madrid? Ganó lo segundo. Claro. No hay parquímetros ni obras faraónicas, sólo la tempestad o la calma chicha en función de que entre la pelotita. Bendito deporte este del fútbol, único en el que sólo puede ganar un partido el peor, ese que se ha defendido con uñas y dientes, que ha soportado tres palos y una cruceta y el tiempo de descuento va y gana por un gol en contragolpe que ni buscaba.
Laporta y Martín. Catalán militante (tanto que implica al club) y vallisoletano adoptado por Madrid. Contendrán sus gozos y sus sombras en las poltronas de lujo, que para saltar ya estaba Sandro Pertini o el inefable Joan Gaspart. Ni se morderán las uñas. Una cámara fija les seguirá todo el partido. Lo saben. Y ellos, como en el tenis, ladeando la cabeza según ataquen o defienan sus huestes en el pasto. Al final, el que pierda, sin cenar. Así se lleva una pasión. Viviéndolo como propia. Desde la autoridad de su ventaja, Laporta, y desde la displicencia del recién llegado, Martín. El que ya se está comiendo el mundo, JL, y el que se lo quiere comer, FM. En el fútbol, porque en el ámbito civil y laboral ambos van sobrados también de erótica del poder.