Muere el joven que según sus padres sufría el mal de las 'vacas locas'

Javier Monge, el joven afectado por la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob cuyos padres aseguraron que tenía la variante humana de la enfermedad de las vacas locas, falleció ayer en Madrid, informó hoy su familia, y se le practicará la autopsia, en la Fundación Hospital de Alcorcón, para aclarar su patología.

Tras confirmar la muerte de su hijo, que se produjo anoche en el Hospital madrileño 12 de Octubre, los padres de Javier Monge, informaron hoy de que para esclarecer la causa del fallecimiento han presentado una comunicación a la dirección del centro donde piden que, aparte de realizar la necropsia, se extraiga una muestra de tejido nervioso y se conserve en nitrógeno fresco líquido.

Los padres de Monge insisten en que su hijo padecía la variante humana del mal de las vacas locas. Javier Monge vivió durante más de un año en Gran Bretaña a finales de los años 90, e ingresó en mayo del año 2000 en el hospital 12 de Octubre con trastornos neurológicos, siendo sometido a diversas pruebas para conocer su enfermedad.

Las pruebas que se le practicaron no pudieron despejar las dudas y sólo su necropsia podría aclarar el origen de la enfermedad, si bien las autoridades médicas descartaron, en principio, que fuera la variante humana de las vacas locas; su familia siempre sostuvo lo contrario. Fue dado de alta meses después ante la imposibilidad de recibir tratamiento alguno y desde entonces ha permanecido en su casa en estado "vegetal", según sus padres.

El jefe de la Unidad de Neuropatología de la Fundación Hospital de Alcorcón, Alberto Rábano, confirmó que a los restos mortales de Monge se les practicará una autopsia de la cavidad craneal lo que permitirá comprobar si se trata de Creutzfeldt-Jakob, cuyos resultados estarán listos dentro de un mes o mes y medio. Este especialista dijo que es "muy poco probable" que se trata de la enfermedad de las vacas locas, y consideró que "con mucha probabilidad" se trata de una Creutzfeldt-Jakob esporádica y espontánea, no hereditaria.

El único caso conocido en España, en humanos, del mal de las vacas locas, se hizo público el 29 de julio de 2005, cuando las autoridades sanitarias confirmaron la muerte de una mujer de 26 años en la Fundación Hospital de Alcorcón, lo que fue ratificado tiempo después por el Laboratorio Europeo de Edimburgo (Reino Unido).