Tour '06 / El francés Casper gana al esprint la primera etapa
El francés Jimmy Casper, del Cofidis, sorprendió a los grandes especialistas del esprint y se apuntó la primera etapa del Tour de Francia, disputada con salida y llegada en Estrasburgo, en la que el noruego Hushovd acabó con una seria herida en el brazo y el estadounidense George Hincapie se vistió de amarillo.
En una confusa llegada masiva, Casper, de 28 años, emergió entre entre los mejores para inaugurar su historial en el Tour. Cubrió los 184,5 kilómetros de recorrido en 4h.10 minutos, por delante del australiano Robbie McEwen (Davitamon) y del alemán Erik Zabel (Milram).
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El belga Tom Boonen saltó precipitado y no disputó la victoria y Hushovd sufrió un corte en el brazo con la bandera de un espectador y llegó con una espectacular herida en el brazo derecho. Los españoles se metieron en la batalla final, así Isaac Gálvez entró sexto y el tricampeón mundial Oscar Freire décimo.
Primeros intentos
Una pequeña bonificación de 2 segundos obtenida en un esprint situado a 9 kilómetros de meta le permitió a Hincapie, amigo del alma de Lance Armstrong y el único que vivió los 7 Tours del tejano, vestirse de amarillo. Hushovd quedó a 2 segundos en la general y otro americano, David Zabriskie (CSC) tercero a 6 segundos. Alejandro Valverde (Illes Balears), mantuvo la quinta plaza también a 6 segundos.
El movimiento en la etapa inaugural de la 93 edición del Tour madrugó bastante. En el kilómetros 3 saltaron Augé (Cofidis) y Sprick (Bouygues) y de inmediato se juntaron Vaugrenard (Francaise), Nicolás Portal (Balears), Unai Extebarria (Euskaltel), Walter Beneteau (Bouygues) y Fabian Wegmann (Gerolsteiner) hasta consolidarse la fuga en el 15.
El pelotón, y en especial el equipo del líder, el Credit Agricole, admitieron el proyecto para no tener que pelearse por las bonificaciones intermedias con los candidatos al maillot amarillo y medir las fuerzas en un esprint masivo.
Con el camino abierto, el equipo de Hushovd asumió el compromiso de evitar que la fuga no se fuera lejos de los 4 minutos. El Quick Step de Boonen y el Milram de Zabel echaron una mano para no quemar a los hombres del noruego, por lo que la táctica estaba establecida en espera del momento del asalto a la etapa.
A falta de 50 kilómetros, y con el Davitamon de McEwen en labores de ayuda, el cronómetro lanzó señales de inquietud a los valientes que abrían carrera, donde los franceses contaban con la mayoría absoluta, trasmitiendo a su afición una ilusión muy necesaria en un momento de horas bajas para el Tour y el ciclismo en general.
Se abre la pelea a falta de 25 km
Wegmann ya tenía asegurado el honor de estrenar el curioso maillot de la montaña gracias a la conquista de una minúscula cuesta de un kilómetro, repitiendo la hazaña de la pasada edición. En su tierra, en Alemania, que aportó a la etapa 38 kilómetros de asfalto, el adelanto al frente apenas era de minuto y medio y el sueño, como se esperaba no podría acabar con sabor dulce.
La pancarta de 25 kilómetros para meta encendió la mecha en el grupo. Se abrió la pelea por imponer el ritmo y dirigir las maniobras tácticas. Apenas un minuto para la avanzadilla, que ya miraba atrás, con sus componentes convencidos de que serían devorados de inmediato. Boonen, que había descansado en cola de pelotón un buen rato, se sumó al grupo preferente.
Beneteau, a 14 kilómetros de meta, dejó a sus compañeros de fuga cuando estos ya se difuminaban en la marabunta, el último golpe de orgullo del corajudo francés que pensó que el esfuerzo de todo el día había que venderlo más caro. Resistió el hombre del Bouygues con un puñado de segundos que sudaba uno a uno. Aguantó hasta que se desfondó a 9 kilómetros de la meta instalada en la capital sede del Consejo y Parlamento de Europa.
Casper, protagonista
A partir de ese punto, nervios, algún que otro susto y pelotón a más de 60 kms/hora. Ya en la recta de llegada 500 metros de desenfreno y saltos instantáneos. Boonen emergió con el maillot de campeón del mundo, pero se cebó con muchos rivales que le aguantaron la rueda. Casper aprovechó, aguantó el tirón y remató un día de protagonismo francés.
La segunda etapa del Tour llega a Luxemburgo, a la localidad de Esch sur Alzette y saldrá de Obernai para cubrir un recorrido de 228,5 kilómetros. Dos cotas de tercera categoría al principio, largo terreno para el rodaje después y tres tachuelas de cuarta categoría en un final escarpado que puede ser atractivo para evitar la llegada masiva.