Pakistán recuerda a las víctimas del terremoto un año después
Murieron alrededor de 73.000 personas en un seísmo de 7,6
Pakistán se unió el domingo al duelo en memoria por las alrededor de 73.000 personas que murieron en un terremoto de 7,6 grados, hace exactamente un año, mientras los supervivientes expresaban su frustración por el ritmo de reconstrucción.
Casi dos semanas después del inicio del Ramadán, el mes del ayuno musulmán, las mezquitas de Pakistán han estado incluso más concurridas de lo normal. El domingo, los fieles rezaron al unísono por los muertos y supervivientes por igual con motivo del primer aniversario del peor desastre del país.
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"Este día ha revivido mi dolor porque he perdido a muchos seres queridos", dijo Abdul Rahim en Muzaffarabad, una de las zonas más afectadas. "Que Alá dé coraje a nuestra nueva generación para reconstruir esta ciudad", dijo Rahim, de 65 años, mientras esperaba el inicio de una ceremonia de conmemoración en un estadio cerca de la destrozada universidad de la capital de la Cachemira paquistaní.
Las sirenas sonaron por todo el país para guardar un minuto de silencio. El terremoto se produjo a las 8:52 de la mañana de un sábado, en un momento en el que colegios y oficinas estaban llenos. Con una intensidad de 7,6 grados, duró menos de dos minutos, pero destruyó los hogares de más de tres millones de personas en la provincia de la Frontera del Noroeste y la Cachemira paquistaní.
En Balakot, una ciudad en la provincia de la Frontera que sufrió la devastación más intensa, se celebraron pequeños encuentros para rezar. El mayor grupo se concentró en los terrenos de una escuela derruída donde 63 niños fueron enterrados en una fosa común. Más de 200 murieron cuando cedieron los muros y el tejado.
"Hoy no es diferente al resto de lo días, porque no he sido capaz de olvidar esas terribles escenas en el último año", dijo Taimur Khan, de 22 años, que volvió a Balakot para rezar en las tumbas de sus padres y hermana.
También hubo un funeral en Islamabad para recordar a los fallecidos en las Torres Margala, el único edificio de la capital que se derrumbó. Durante la noche se celebró una vigilia en el lugar donde se alzaba el bloque residencial de 10 pisos, donde murieron 50 personas, muchas de ellas extranjeros.