Muere el ex presidente sudafricano Pieter Willem Botha, figura clave en el 'apartheid'
El ex gobernante tenía fama de tener costumbres autócratas, por lo que era conocido como el "presidente imperial"
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Johannesburgo
Apodado El Gran Cocodrilo, Botha pereció en su residencia, Die Anker (El Ancla, en lengua afrikaans), hacia las 20.00 hora española de ayer, según informó uno de los miembros de su cuerpo de seguridad a la agencia local Sapa, que aseguró que "Botha murió en su casa, pacíficamente". El ex gobernante tenía fama de tener costumbres autócratas, por lo que era conocido como el "Presidente imperial".
Nacido el 12 de enero de 1916 en una familia con fuertes raíces "afrikaner" (perteneciente a los descendientes de los holandeses que en el siglo XVII poblaron lo que ahora es Sudáfrica), fue un hombre dedicado a la política desde muy joven. Fue legislador del Partido Nacional durante 36 años y su primer cargo en el Gobierno fue el de viceministro de Interior en 1958, puesto desde el que se encargó de hacer cumplir las leyes del apartheid.
En 1961 se convirtió en titular de la cartera de Desarrollo
Comunitario y de Asuntos de la población mulata. Cinco años más tarde fue nombrado ministro de Defensa, puesto que
mantuvo hasta 1984, cargo que desempeñó siendo también primer ministro durante los últimos años.
Los negros, excluidos
Como primer ministro y luego como jefe de Estado, Botha intentó incorporar a la política sudafricana a los mulatos y a los sudafricanos de origen indio, pero no a los negros, a quienes mantuvo excluidos. Botha gobernó el país en la peor época de la lucha armada contra el régimen del apartheid, y a pesar de las reformas legales que introdujo a partir de 1986, ya fue tarde para salvar un sistema que se estaba desmoronando.
Durante su Gobierno, cerca de 20.000 negros murieron o fueron encarcelados por la represión del régimen segregacionista. La dirección del Partido Nacional le pidió su renuncia el 14 de agosto de 1989, y un día después fue reemplazado por De Klerk quien, gracias a su labor para desmontar el apartheid, en 1993 recibió el Premio Nobel de la Paz, que compartió con quien le sucedió un año después, Nelson Mandela.