Zapatero, Erdogan y Annan reciben el informe final de la Alianza de Civilizaciones
El presidente español asegura que la Alianza que él promueve "es la realidad de la convivencia y el entendimiento cotidianos"
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha ensalzado hoy en Estambul los objetivos de la Alianza de Civilizaciones y elogió la "voluntad de paz de los españoles" demostrada tras los atentados del 11-M pese a la violencia sufrida y la "incitación a la venganza que algunos alimentaron".
José Luis Zapatero intervino en el acto celebrado en Estambul en el que los integrantes del Grupo de Alto Nivel (GAN) que ha redactado una serie de recomendaciones para impulsar esa Alianza, entregaron sus conclusiones al secretario general de la ONU, Kofi Annan.
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El jefe del Ejecutivo español agradeció su trabajo a los integrantes del GAN y el "liderazgo y compromiso" de Annan en el impulso de esta iniciativa. Zapatero dijo hablar en nombre de un país cuyos ciudadanos han dado testimonio en muchas ocasiones de su voluntad de paz "y han demostrado que la paz es la mejor tierra, el mejor cimiento para la libertad y el progreso".
Explicó que los españoles conquistaron pacíficamente sus libertades políticas "y eso las hizo más sólidas", y construyeron pacíficamente su orden político "y eso lo ha hecho más fructífero". Además, recalcó que cuando los españoles sufrieron "el más duro golpe del terrorismo", los atentados del 11-M, reaccionaron pacíficamente. "Ni un solo acto de xenofobia, y porque abominamos de la venganza, encontramos el consuelo de la justicia; la violencia -añadió- quebró las vidas de nuestros hermanos, pero no la integridad y los principios de nuestro pueblo".
Además, consideró que ni la violencia ni la "incitación a la venganza que algunos alimentaron" pudieron cambiar la voluntad de paz de los españoles. "Esa es nuestra fuerza principal", subrayó.
Zapatero reconoció que hay quienes consideran a la Alianza de Civilizaciones como "un sueño ingenuo y bienintencionado". "Como si sólo el pesimismo fuera el heraldo del realismo, como si sólo la desesperanza tuviese la sólida consistencia de las cosas, como si sólo las palabras amargas pudieran describir el mundo en el que vivimos", comentó.
Sin embargo, recordó que no faltan los ejemplos de convivencia entre las personas de diferentes culturas y religiones, aunque sí falten las palabras que den cuenta de sus historias de convivencia y entendimiento.
Subrayó que tampoco faltan las amistades en las aulas entre niños y jóvenes de diferentes orígenes, ni ejemplos de colaboración entre universidades o empresas, ni convivencia entre trabajadores de diferentes países y religiones en los talleres de las fábricas, en las minas, en los barcos de pesca, en los campos, en las granjas o en los andamios de las obras.
"Esa es también la realidad de las civilizaciones; no es un sueño optimista e ingenuo, es la realidad de la convivencia y el entendimiento cotidianos, la palmaria realidad de cada día; y lo que faltan -prosiguió- son instituciones y mecanismos que protejan y extiendan esa realidad pacífica y luminosa". Por ello, se mostró convencido de que se pueden encontrar en el seno de cada cultura sólidas razones para el entendimiento con las otras religiones y culturas.
Para Zapatero, los grandes enemigos son "enemigos comunes de toda la humanidad, como la enfermedad, el hambre, la incultura, la violencia y la opresión". Tras considerar que los ciudadanos exigen que su voz se eleve por encima del ruido de los disparos y las bombas, alertó de que en unas y otras culturas se escuchan voces que pretenden acabar con la diversidad del mundo acabando primero por la diversidad de sus propias sociedades.
"Los que están dispuestos a combatir los valores de otras culturas y religiones con la violencia, antes o después emplearán la violencia contra las personas de su misma cultura y religión", aseguró el presidente del Gobierno.
Por ello, "frente a los que quieren sacrificar la paz para defender los valores", llamó a alzar la voz para decirles que "la paz es el último de nuestros valores que estaríamos dispuestos a sacrificar". "Porque sin paz -precisó- no hay libertad, no hay justicia, no hay dignidad, no hay prosperidad".
Para Zapatero, la Alianza de Civilizaciones es, sobre todo, la alianza de los hombres y mujeres comunes y corrientes, los que cada día conviven y cooperan pacíficamente. Y consideró que los políticos, como representantes de esos ciudadanos, han de ser los primeros en poner los medios para la paz.
Zapatero defiende la Alianza de Civilizaciones: "No es un sueño optimista e ingenuo"
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