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Real Madrid y Tau se verán las caras en las semifinales de Copa

Málaga

El director de la sección de baloncesto del Real Madrid, Antonio Martín, confesaba antes de empezar la eliminatoria de cuartos entre el conjunto blanco y el Gran Canaria que lo pasa peor ahora como directivo que antes como jugador y, o es profeta, o intuía el sufrimiento que le esperaba a los blancos, que sudaron tinta para eliminar al equipo insular y meterse en semifinales, donde les espera el Tau Vitoria.

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Si una eliminatoria parecía destinada a resolverse claramente a favor de un equipo era esta, pero la Copa es la Copa y las cosas, por mucho que en números apunten en una única dirección, deben dilucidarse sobre la pista. Una pista en la que Plaza y Salva Maldonado libraban un enfrentamiento especial, ya que son cuñados.

El arranque pintaba oros para los blancos. Un 11-5 a los cuatro minutos sugería tranquilidad para el líder de la Liga ACB, que ya había ganado a los insulares a domicilio en el campeonato liguero.

Sin embargo, acabó siendo un espejismo porque el Gran Canaria obligó a los madrileños a aplicarse a conciencia y les tuvo en vilo hasta el final. Maldonado y el Gran Canaria salieron sin demasiados daños de un oscuro túnel tras el 22-12 y el técnico del cuadro insular buscó las vueltas a un Madrid que quizá salió con una pizca de confianza más de la recomendable en estas lides.

Las defensas alternativas del técnico catalán consiguieron complicar las operaciones atacantes madridistas, desbaratar muchas posesiones y conducir el choque por caminos más farragosos de los deseados para el Madrid.

Gran Bullock

El Madrid se atascó. Una de las razones radicó en las complicaciones de sus bases. Raúl López cometió la tercera falta en el segundo cuarto; el turco Kemal Tunceri tampoco anduvo fino y el chaval Richard N''Guema topó con la responsabilidad de cubrir el puesto durante minutos de mucha exigencia mientras sus compañeros reposaban los nervios en el banco.

El Gran Canaria entró en el descanso entero (44-36). El Madrid, con el susto reciente, pero tranquilizado por la muñeca de seda del estadounidense Louis Bullock que, como en épocas no tan lejanas, hubo de cargar el brazo para apagar los focos de fuego encendidos por las recuperaciones y las defensas insulares.

El desarrollo del primer tiempo reforzó la fe de los grancanarios tanto que a un minuto para el final del tercer corte Mario Fernández situó el marcador en un 59-59 que pocos esperaban.

O sea, que la eliminatoria a priori más desigual pendía de un hilo a falta del periodo definitivo (61-59). La defensa encerraba muchas cosas. La diferencia en faltas personales señaladas también jugó un papel decisivo y, de la misma manera, el excelente encuentro del húngaro Kornel David -diecisiete puntos hasta el minuto treinta-.

El Gran Canaria se situó finalmente en ventaja a ocho minutos de la bocina tras una acción de Sergio Pérez (61-62), pero cuando las cosas se tuercen para los blancos, surge un solucionador de problemas: Bullock.

El estadounidense metió un triple vital (67-64 m.34). Vital porque, aunque quedaba mucho, el patio daba poco margen. El Madrid luchaba contra un rival crecido, un saco de faltas y los nervios de algunos.

La situación era muy propicia para que el Gran Canaria, por fin, superase la primera eliminatoria en la Copa del Rey. Con permiso de Bullock, claro y también del Real Madrid porque una de las diferencias de este conjunto con alguna de sus anteriores versiones más recientes estriba en la ambición.

Charles Smith encontró el aro, Bullock desde la línea de personal y una penetración marca de la casa de Felipe Reyes, en pleno apogeo defensivo blanco, dieron carpetazo a las ilusiones insulares (75-68 m.36). El Madrid y el Tau, dicho de otro modo, el líder de la Liga y el defensor del título, se enfrentan ahora (sábado; 19.30; La2) por un puesto en la final

Victoria del Tau

El Tau Vitoria puede seguir aspirando a repetir título en una competición que no ha visto dos años seguidos al mismo campeón desde la década de los ochenta y que, para el Caja San Fernando, de vuelta tras tres años de ausencia, ha terminado sin nada que reprocharse. El equipo vasco ha vencido por 82-73 ante 9.500 espectadores en el pabellón Martín Carpena de Málaga.

Manel Comas, entrenador del Caja San Fernando, tenía que resolver la situación del alemán Patrick Femerling, que jugó lastrado por una fuerte gastroenteritis. Los problemas del germano dejaban el juego interior del equipo en una situación complicada por el poderío del cuadro alavés.

El Tau, que también ha construido una plantilla nivelada, dispone de más jugadores decisivos. Dos de ellos, el serbio Igor Rakocevic y el hispano-argentino Luis Scola, encauzaron la victoria en un excelente primer cuarto (20-12). El serbio anotó tres triples y firmó nueve puntos. El internacional albiceleste sumó seis, es decir, que entre ambos firmaron quince de los veinte anotados por el bando vasco en el cuarto de apertura.

Además, Perasovic, cuya carrera como técnico aún cubre las primeras etapas, ha demostrado, sin embargo, hallarse sobradamente preparado para el baloncesto de alta competición. El croata dosificó muy bien el movimiento del banquillo.

El Caja pudo subirse al tren del choque gracias a unos minutos de acierto defensivo que le reportaron varias recuperaciones (24-18 m.13).

Cómodo colchón

La vuelta a la dinámica ofensiva normal de los del Buesa Arena partió el encuentro. Porque, aunque los sevillanos contuvieron los márgenes sin salirse de forma irremediable de la contienda, el Tau siempre conservó un cómodo colchón de seguridad en el entorno de los diez puntos.

El tercer cuarto disparó a los hombres de Perasovic (65-50 m.29), que remataron el trabajo sin sobresaltos pese a la entrega de los andaluces.

 
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