El Valencia pincha en Mestalla ante el Racing (0-2)

El buen juego del Racing a lo largo de los noventa minutos de su partido en Mestalla y la espectacular "pájara" del Valencia, al que le faltaron ideas desde el principio hasta el final del encuentro, propiciaron una victoria del equipo cántabro en un partido de superioridad visitante.

Es cierto que el Valencia dispuso de algunas oportunidades claras de gol que, además de verse malogradas en todos los casos, no pasaron de ser un oasis en un desierto de juego, ante un rival que siempre se mostró cómodo y que demostró que había viajado a Valencia a ganar el encuentro.

La primera ocasión de gol del partido se resolvió con el 0-1. Fue una jugada de libro, que no sorprendió a nadie, algo que no resta un ápice de valor a su magnífica elaboración. Centro de Pinillos, dejada de Zigic y remate de Munitis.

No cambió el Valencia tras el gol y continuó con un fútbol de balones largos, sin dejar espacios para sus atacantes y sin apenas inquietar a su rival, a pesar de que poco antes del descanso tuvo una ocasión magnífica para empatar, pero no lo hizo.

La entrada del portugués Hugo Viana y Joaquín tras el descanso mostró un Valencia diferente, pero que apenas mejoró, ante un rival que disponía de largas posesiones de balón, buscaba con pausa sus mejores opciones y, sobre todo, no sufría gracias a su buen fútbol y la impotencia del rival.

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Sentenció el Racing

El 0-2, logrado de cabeza por Oriol a la salida de un córner, fue la puntilla para el Valencia y resolvió definitivamente el encuentro, que en ese momento ya estaba decantado a favor del equipo visitante por potencia, convicción y juego.

El partido avanzó hacia su conclusión con un Valencia más volcado en ataque, que penetró con cierta insistencia por medio de Miguel y un bullicioso Joaquín por la banda derecha, pero que se tropezó con los centrales del Racing, Rubén y Garay, que estuvieron impecables dentro del buen tono de todo el equipo.

Al final, el partido respondió a los augurios más pesimistas y se demostró que jugar un sábado a las seis de la tarde y en plenas fiestas falleras es dar demasiada ventaja al rival.

El Racing puso el mejor fútbol que se vio en Valencia y demostró que la importancia de la concentración de los jugadores ante partidos de estas características es fundamental.