Los alevines del Barça dan un ejemplo de juego limpio

Madrid

La polémica de la vigésimo novena jornada de Liga estuvo protagonizada por el gol de Eller para el Atlético de Madrid en su visita al Villarreal. A diferencia de lo ocurrido en El Madrigal, donde el conjunto rojiblanco se adelantó cuando se encontraba en superioridad numérica, el equipo de alevines del FC Barcelona y del Espanyol han dado un ejemplo de juego limpio a la Primera División.

El pasado domingo se celebraba la final del torneo de alevines Vila de Peralada entre el Barcelona y el Espanyol. Aquí la disputa comenzó cuando el Espanyol lanzó fuera un balón al ver a uno de los jugadores del Barcelona que se encontraba tendido en el suelo doliéndose de una lesión. El Barça saca, Mammadou recibe el balón - parece no darse cuenta que su equipo no lo ha devuelto la pelota al equipo rival - , sigue la jugada y aprovechaba el despiste para adelantar a su equipo con 1-0. Transcurrían solamente cuatro minutos de juego.

Los jugadores del Espantol protestan y el Barça reconoce el error y deja empatar el partido al rival. El entrenador del FC Barcelona, Alberto Puig obligó a sus jugadores a dejarse marcar un gol para igualar el marcador aunque la euforia de los jugadores y el griterío de alegría de las gradas retrasaron el empate forzado unos minutos. "Albert Puig nos iba diciendo que la diésemos a los otros para que marcasen, pero no oíamos nada porque los del Espanyol estaban enfadados y decían de todo. Pero al final Carlos le dio el balón a un delantero del Espanyol y nuestro portero se dejó hacer el gol.", declaró el capitán Álex Corredera al término del encuentro. El partido prosiguió sin incidentes y el Barcelona consiguió finalmente la victoria imponiéndose por 2 a 1 con un segundo gol de Mammadou.