Manchester-Milán y Chelsea-Liverpool, semifinales de la Champions
Se acabó lo que se daba para los equipos españoles en esta Liga de Campeones. No ha llegado a la altura del ridículo de hace dos años, cuando nuestra Liga ni siquiera tuvo representación en cuartos de final, pero esta vez, en las dos últimas rondas la mayoría de equipos serán ingleses. La liga inglesa conseguió este miércoles igualar a la Liga española en la temporada 99/00 y a la italiana en la 2002/03, que metieron a tres equipos en semifinales, que quedan así:
Manchester United - Milán (ida 24 de abril; vuelta 2 de mayo)
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En la única vez que se han enfrentado en la Copa de Europa, el Milán ganó en ambos partidos al Manchester (1-0), y le echó de la Champions 2004/2005. Va a ser una eliminatoria espectacular, ligeramente inclinada del lado inglés por su mayor poderío en ataque y su apuesta por un fútbol brillante y ofensivo. Que la vuelta sea en San Siro equilibra un poco la balanza.
Chelsea - Liverpool (ida 25 de abril; vuelta 1 de mayo)
El destino le tenía preparado un "deja vu" a José Mourinho cuando dijo, antes del partido del Valencia para hablar del ambiente de Mestalla, que el único gol que le había visto marcar a una afición del equipo rival era el que le "metió" Anfield a su equipo. Se refería a las semifinales de la Champions, ahora hace dos años. El gol lo marcó Luis García y, según muchos, no llegó a entrar del todo. La revancha está servida y, a priori, el combate se presenta bastante igualado.
Valencia 1 - Chelsea 2 (2-3, Chelsea clasificado)
Para los metodistas, los números son importantísimos en el fútbol. Aparte de lo obvio, lo meramente futbolístico, las pizarras y los cálculos también son parte del juego. Eso piensa José Mourinho, que en la rueda de prensa previa al partido de Mestalla advirtió de que se tuviera en cuenta que su equipo está acostumbrado a marcar en el tiempo de descuento (había hecho ocho goles esta temporada en esos minutos). Y acertó. Fue lo que decidió la eliminatoria, quizá porque el Valencia lo vio venir durante toda la segunda parte y se amilanó. Esta vez, Silva no fue Silva y Villa no fue ni la sombra de Villa, y, a pesar de Morientes, que volvió marcando el gol ché, las estrellas se llevaron el envite. Y por encima de todas ellas, Essien, que entró en el once titular tras un mes de lesión y marcó el gol que vale el pase a semifinales. Salvo sorpresa impensable, el Chelsea espera una eliminatoria de revancha contra el Liverpool, que le cortó el paso a la final de 2005.
Tras llegar hasta Old Trafford como la mejor defensa de la Champions (había encajado cinco goles en nueve encuentros), la Roma se llevó en Manchester siete dolorosos puñetazos propinados por la apuesta romántica del United, el equipo favorito para los amantes del buen fútbol por atreverse a nadar contra corriente en este fútbol calculado y ramplón. En esta ocasión hubo más de trabajo coral que de exhibición de Rooney y Cristiano Ronaldo, los de siempre. Pero ellos también participaron en la fiesta. Y eso que la previa del partido no era esperanzadora, teniendo en cuenta que los diablos rojos tenían una pieza coja en cada línea del equipo (sin Vidic en defensa, Scholes en el centro del campo, y con el acompañante de Rooney entre interrogantes). Ferguson resolvió la papeleta colocando a su compatriota Fletcher junto a Carrick (que estuvo soberbio haciendo dos goles) y devolviendo a Alan Smith a un puesto, el de delantero, que llevaba mucho tiempo sin ocupar. Le funcionó. Es cierto que el viento sopló de cara desde el principio (el United marcó tres goles del minuto 11 al 17), pero la verdad es que la Roma, que se mostró como un bloque machacón y difícil en el Olímpico, se disolvió como un azucarillo en Manchester, que ya lanza la candidatura al título de su equipo más insigne.
Hace unas semanas, el especialista en fútbol internacional de Canal+ Guillermo García Uzquiano se marchó a Milán para hacerle un reportaje a Clarence Seedorf. El ex futbolista del Real Madrid le contó, entre otras muchas cosas, que su paso por el Inter le había decepcionado por el poco espíritu ganador del equipo. Decía Seedorf que, para un ganador como él, era mucho mejor jugar en un equipo como el Madrid, o como el Milán. A sus 31 años, y después de haber ganado tres Copas de Europa vistiendo tres camisetas distintas, Clarence Seedorf tenía, este 11 de abril, más hambre de triunfo. Su primera parte en el Allianz Arena ha sido, sencillamente, espectacular. Un gol con sello de calidad y una asistencia maravillosa de tacón para que Inzagui marcara el segundo tanto han sido su aportación para colar al Milán en las semifinales de la Champions por tercer año consecutivo. Así ha llegado hasta el final la aventura del Bayern de Munich que tendrá que aprender la valiosa lección de que la voluntad no siempre es suficiente.
A punto estuvo Jefferson Farfán, el jugador de más talento del PSV Eindhoven con permiso del marfileño Koné, de iniciar el camino de una épica remontada en Anfield con un peligroso remate de cabeza en el minuto 3 de un partido visto para sentencia. Todo quedó en agua de borrajas gracias una estupenda parada de Pepe Reina. Ese fue el único soplido de un PSV Eindhoven resignado a su suerte. Enfrente, el Liverpool con un cuerpo técnico español y tres jugadores (titulares Arbeloa, Reina y Xabi Alonso). Benítez reservó a Gerrard y Sissokó se incorporó al equipo en su temporada de pesadilla por culpa de las lesiones. El Liverpool reeditará un duelo caliente contra el Chelsea en semifinales, y garantiza que al menos un equipo inglés jugará la final en Atenas. El PSV de Koeman se queda peleando por un título de Liga en Holanda que no tiene nada de decidido todavía.
