Argelia acude a las urnas con temor a un atentado de Al Qaeda

Argel

Argelia celebra hoy sus octavas elecciones legislativas desde la independencia del país, con la previsión de una fuerte abstención y la amenaza terrorista como telón de fondo. Cerca de diecinueve millones de electores han sido convocados a las unas para elegir de entre 12.229 candidatos a los 389 nuevos diputados de la Asamblea Popular Nacional (APN) para un mandato de cinco años.

Un fuerte dispositivo de seguridad se desplegará en los 42.691 colegios electorales para prevenir incidentes, mientras el ministro del Interior, Yazid Zerhuni, ha vaticinado que los comicios transcurrirán convenientemente. Zerhuni ha indicado que el escrutinio será democrático y ha añadido que si hay fraude no será obra de la Administración, sino de los propios partidos políticos que concurren al proceso electoral.

Son veinticuatro las formaciones que presentan candidatos, con la ausencia destacada del principal partido opositor, el Frente de las Fuerzas Socialistas (FFS). La formación que dirige desde su exilio suizo el histórico revolucionario Hocin Ait-Ahmed ha justificado el boicot por el hecho de que los resultados están "preparados de antemano".

Boicot de Al Qaeda

También ha lanzado un llamamiento al boicot la banda terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), en un mensaje de su cabecilla Abdelmalek Drukdel, transmitido por la cadena de televisión qatarí Al Yazira. El jefe terrorista ha solicitado a los argelinos que no sean "cómplices del régimen herético" de Argel acudiendo a las urnas, cuando en la memoria de la gente siguen muy presentes los atentados que cometió esta banda en Argel el pasado 11 de abril.

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Ese día, tres terroristas suicidas lanzaron sus coches-bomba contra la sede del Gobierno y dos centros policiales, provocando la muerte de 30 personas y causando heridas a más de doscientas. La campaña electoral transcurrió bajo un clima de visible apatía, al punto de que las previsiones de los analistas apuntan a un porcentaje superior de abstención al que tuvieron los anteriores comicios legislativos en 2002, que fue de un 53,91%.

Entre la población se da por descontado que de estos comicios no saldrá una mayoría parlamentaria diferente de la saliente, dominada por los tres partidos que forman la coalición gubernamental. El Frente de Liberación Nacional (FLN) y la Reunión Nacional Democrática (RND), de talante conservador, y el integrista Movimiento de la Sociedad por la Paz (MSP) lograron en los pasados comicios 199, 47 y 38 escaños respectivamente.

Sostenido firmemente por el influyente caciquismo regional y con un fuerte asidero dentro de la Administración, el FLN se presenta como el virtual vencedor de las legislativas. Su secretario general, el actual primer ministro, Abdelaziz Beljadem, ha vaticinado que serán los vencedores, admitiendo que la única sombra puede provenir del otro partido conservador, el RND que dirige el anterior jefe de Gobierno Ahmed Uyahia. Se espera por ello un reparto de votos entre FLN y RND que tal vez podría ser más equilibrado que el de 2002.

División entre los integristas

La franja política del integrismo, que en 1991 dio la victoria al hoy proscrito Frente Islámico de Salvación (FIS), se ha dividido entre el llamamiento al boicot y la participación a las urnas. El numero dos del FIS, Alí Benhach, se ha declarado partidario de la abstención, pero el ex cabecilla nacional de su rama militar, el Ejército Islámico de Salvación (EIS), Madani Mezrag, ha dicho que es preferible votar por el cambio político "por muy pequeño que sea". "Debemos dar el voto a los hombres limpios y a los candidatos más íntegros, ya sean del FLN, del movimiento islamista o de otros partidos", ha señalado el antiguo jefe del EIS, que depuso hace años las armas en un acuerdo negociado con las Fuerzas Armadas y apoyado políticamente por el presidente Abdelaziz Buteflika.

Los efeistas han querido presentar algunos candidatos en las filas de otros partidos, pero el Ministerio del Interior ha recordado que se perdonó a los terroristas que se rindieron, pero por ahora no se les permite legalmente llevar a cabo actividades políticas. La población, en su mayoría, justifica el escaso interés en estas elecciones afirmando que lo que desean los candidatos no es tanto defender los intereses del pueblo como beneficiarse de las ventajas del cargo de diputado.