Internacional

Blair pide la integración de los grupos insurgentes iraquíes en el proceso político

El primer ministro británico realiza la que puede ser su última visita a Irak antes de dejar el cargo

Bagdad

El primer ministro británico, Tony Blair, comenzó este sábado su séptima y última visita a Irak como líder británico con un llamamiento a la convocatoria de nuevas elecciones provinciales y al incremento de los esfuerzos para incluir en el proceso político a los grupos vinculados a la violencia.

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Poco después de la llegada de Blair, la fortificada Zona Verde de Bagdad, sede del Gobierno y las embajadas extranjeras, sufrió un ataque con fuego de mortero. Un total de tres proyectiles impactaron en la zona hiriendo a una persona, informó el portavoz de la Embajada estadounidense, Lou Fintor. Un cuarto proyectil impactó justo a las afueras de la Zona Verde. Una de las explosiones impactó en el complejo de la Embajada británica, informaron otras fuentes oficiales desde el anonimato.

Se desconoce si Blair se encontraba en la Embajada en ese momento, pero es probable que en ese momento se encontrara dando una rueda de prensa con el primer ministro, Nuri al Maliki, y el presidente iraquí, Jalal Talabani tras mantener una reunión a puerta cerrada con ellos.

Blair afirmó ante los periodistas que cree que se está mejorando la seguridad en Irak, aunque reconoció que la violencia sigue siendo parte de la vida cotidiana. "Irak fue liberado de la terrible dictadura de Sadam (Husein) y ahora hay intentos de opresión de distinta índole, con terrorismo y violencia", declaró.

El dirigente británico explicó que habló con Talabani y Al Maliki de que Reino Unido está dispuesto a seguir colaborando con ellos después de que deje su cargo, en junio, y les emplazó a acelerar la reconciliación entre las comunidades iraquíes a través de la celebración de nuevas elecciones provinciales y del incremento de los esfuerzos para integrar en el proceso político a los líderes tribales y a otros grupos relacionados con la violencia.

Confirmó además que su sucesor al frente del Gobierno británico, Gordon Brown, seguirá respaldando al Gobierno de Al Maliki, ya que Irak es un campo de batalla clave en la guerra contra el terrorismo global.

"Las fuerzas que combaten en Irak, Al Qaeda y elementos respaldados por Irán, son las mismas fuerzas que estamos combatiendo en todas partes", declaró Blair.

Un portavoz de Blair explicó desde el anonimato a los periodistas que los líderes tribales y comunitarios "vinculados con personas que han cometido actos violentos" deben comprometerse con la política.

Los responsables de la coalición han mostrado un moderado optimismo sobre la supuesta expulsión de insurgentes vinculados con Al Qaeda por parte de algunos líderes tribales de la provincia de Anbar, informó el portavoz.

Reino Unido no está a favor de negociar con los combatientes extranjeros que operan en el país, pero apoyaría cualquier iniciativa que pretenda incluir a aquellos cuya violencia está motivada por "la preocupación sobre si su comunidad tendrá un espacio en el nuevo Irak", aseguró.

Blair espera que esas elecciones provinciales tengan lugar este mismo año y que participen los grupos suníes que hicieron un llamamiento a la abstención en la última cita electoral, prosiguió el portavoz.

El líder británico llegó a Irak procedente de Kuwait, tras entrevistarse el pasado jueves con el presidente George W. Bush en Washington.

Reino Unido casi ha completado la operación de retirada de unos 1.600 efectivos, con lo que la fuerza desplegada en el sur del país consiste ahora en unos 5.500 militares. Está previsto que este número descienda por debajo de los 5.000, pero Blair ha confirmado que las tropas permanecerán en la zona de Basora al menos hasta 2008 para seguir con los programas de entrenamiento de fuerzas locales, patrullar la frontera irano-iraquí y garantizar la seguridad de las rutas de abastecimiento.

Desde el comienzo de la guerra, en marzo de 2003, han muerto en Irak 148 militares británicos, por lo que cada vez son mayores las presiones de la opinión pública británica para que se complete cuanto antes la retirada.

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