El Real Madrid vence al Deportivo (3-1) y mantiene el liderato

El Real Madrid sigue firme en la cima de la tabla, protegió con autoridad su liderato y ganó al Deportivo con otra buena noche más de Raúl, un plus de casta de Sergio Ramos y la agresividad y el exquisito toque de balón de Beckham, importante en la recta final del campeonato.

Cada partido en el Bernabéu es una fiesta. Una final, pero no de Liga, sino de Copa de Europa. Joaquín Caparrós siempre ha tenido un respeto y admiración especial hacia Raúl. Seguro que desde esta noche, un poco más. Porque de nuevo el capitán acertó en el momento clave. Con un 1-1 en el marcador y en un momento de la Liga donde nadie regala nada.

El Madrid se mueve bien en el lío. Con el público ''mosqueado'' con el árbitro por la falta de tarjetas a De Guzmán, que repartió cera en el campo, el equipo de Fabio Capello necesitó una atmósfera de partido caliente. Así ganó al Espanyol y al Sevilla, en medio de un encuentro pasional.

El Madrid tiró de diagonales en el primer cuarto de hora.

Beckham, desde un lado; Roberto Carlos desde el otro buscaron a Raúl y a Van Nistelrooy. No salía el invento. Pero Capello no paró de aplaudirlo desde la banda. Y es que el Madrid sí saca ahora mucho rédito del juego aéreo.

Todos los balones encuentran destinatario. Con Sergio Ramos y Van Nistelrooy el equipo ha ganado en poderío y en presencia. Fue en una jugada polémica, muy protestada en masa por el Deportivo, por mano de Van Nistelrooy en el área, cuando Ramos hizo el 1-0.

Una acción simbólica. Sergio Ramos heredado con dignidad el número 4 de Fernando Hierro. Sigue una estela que gusta mucho en el Bernabéu, un número que lució Pirri, un futbolista de perfil muy similar a Ramos y que seduce y seducirá siempre al público del Real Madrid.

Al Deportivo le costó llevar la iniciativa. El más valiente, con diferencia, fue Christian. El chaval cedido por el FC Barcelona tiene calidad. A Christian se le ve con personalidad a la hora de encarar, amagar y salir por dentro. Se le vio menos en el segundo tiempo.

Un disparo cruzado de Arizmendi a los once minutos fue el escaso recurso ofensivo del Deportivo en el primer tiempo. Joaquín Caparrós, con la cabeza bien alta siempre, pidió a su equipo mayor presencia y pegada.

Tras el descanso, el Madrid salió fuerte

Beckham puso un balón de falta en el palo de inmediato. Quiso celebrar su vuelta a la selección inglesa. Buscó el gol todo el partido. Se encuentra pletórico. Y da la impresión que si llega a saber que iba a ser útil en este nuevo Real Madrid su nueva vida en Los Angeles habría esperado un año más.

El Madrid volvió a tener sus minutos de ausencia. Una ''pájara'' extraña, un rato de falta de concentración alarmante que aprovechó el Deportivo para fulminar a Iker con un gol de Capdevila, atento en el primer palo.

Antes, un barullo con Arizmendi, De Guzmán y Estoyanoff ya había merecido el empate. Los partidos en el Bernabéu son garantía de espectáculo puro. Es más, al personal le va lo de las remontadas.

La química existente en la actualidad entre la grada y el equipo es digna de estudio. El 1-1 picó al Madrid. Beckham no había dicho la última palabra. Y de un hermoso centro suyo desde la banda, salió un cabezazo magistral de Raúl a la red. Un soberbio gol de Raúl, a quien le apetece especialmente levantar esta Liga en el mes de junio.

Raúl está en forma. Desde que Capello le alinea en su zona, todo ha vuelto a la normalidad en su vida. Raúl está donde siempre: en la elite.

Caparrós no se rindió nunca. Buscó mayor pegada con la entrada de Bodipo. Se fue Estoyanoff. Un buen libreto de intenciones. El Depor también buscó el gol al borde del área con Capdevila al frente, pero sin suerte en esa faceta.

Físicamente el Madrid parecía que bajaba el tono en el último cuarto de hora. El Depor tocó más el balón y Van Nistelrooy tuvo tiempo de enganchar una más (3-1) a placer tras una acción de Robinho y Raúl dentro del área. El gol sirvió de recreo al Madrid y le dio fuerzas hasta el último segundo.