Los familiares de las víctimas del Yak-42 rinden homenaje en el cuarto aniversario del accidente

Los familiares de las víctimas del Yak-42 han rendido hoy, sábado, un homenaje a sus seres queridos en Madrid. El acto ha estado marcado por el silencio, las familias apenas hablaban, sólo se abrazaban, se miraban, y algunos no resistían a llorar. Ha sido un tributo a los 62 militares muertos en acto de servicio en el accidente aéreo ocurrido el 26 de mayo de 2003 en Trabzon (Turquía).

El presidente de la Asociación de Familiares de las Víctimas del Yak 42, Pacho González, ha declarado que no hay "voluntad en la Audiencia Nacional por investigar el asunto", por lo que piden "que se agilicen los trámites".

El homenaje ha estado marcado por el silencio, que se ha roto por los aplausos, que han dado paso a la ofrenda floral. Cada familia ha ido colocando ramos de rosas a los pies del monumento que homenajea a los militares fallecidos en misiones humanitarias. Ese monumento también se ha convertido, dicen, en un homenaje a la verdad, para que cicatrice su dolor.

Ayer, viernes, el Gobierno aprobó un Real Decreto por el que se asciende con carácter honorífico, y a título póstumo, a los 62 militares muertos en acto de servicio en el accidente aéreo ocurrido el 26 de mayo de 2003 en Trabzon (Turquía).

Intentó aterrizar dos veces

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El avión ucraniano de fabricación rusa Yakovlev 42-D despegó el 26 de mayo de 2003 de Bishkek (Kirguizistán), con destino a Zaragoza y 62 militares a bordo, pertenecientes a la fuerza internacional de paz de la OTAN en Afganistán. Horas después, el avión intentó por dos veces aterrizar en el aeropuerto de Trebisonda para repostar, pero la niebla impidió la maniobra y, tras desaparecer del radar, se estrelló a orillas del mar Negro.

El entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, aseguró en el Congreso que el accidente se debió a "un dramático error humano", pero los familiares decidieron presentar una denuncia en la Audiencia para esclarecer el caso, que fue rechazada tanto por su fiscal jefe, Eduardo Fungairiño, como la juez de guardia Teresa Palacios.

A punto de cumplirse el primer aniversario, 37 familiares de las víctimas se sometieron a pruebas de ADN que fueron cotejadas con los restos que les habían sido atribuidos, y un mes después las autoridades turcas determinaron que al menos 22 fueron mal identificadas. Actualmente el caso está en la Audiencia Nacional en manos del juez Grande-Marlaska.