Internacional

Tres atentados suicidas en Irak: decenas de muertos y centenares de heridos

Un camión cisterna cargado de gasolina se empotra contra una comisaría de policía al norte de Bagdad

Al menos 40 personas murieron hoy y centenares resultaron heridas en tres ataques suicidas separados ocurridos en un lapso de cinco horas, informaron fuentes policiales iraquíes. El más sangriento de los atentados se produjo contra una comisaría de policía en la ciudad de Baiji, a 180 kilómetros al norte de Bagdad. Causó la muerte de 18 personas y heridas a otras 50. Los otros dos ataques ocurrieron en un hotel de Bagdad y en la región de Babel, al sur de la capital.

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Los tres atentados se producen un día después de que tres altos cargos del antiguo régimen del fallecido presidente Sadam Husein, entre ellos Alí el Químico, fueran condenados a muerte por un tribunal por el caso "caso Anfal", que juzgaba a los responsables de la muerte de casi 180.000 kurdos iraquíes entre 1987 y 1988.

El último atentado, ocurrido en un hotel del centro de Bagdad, ha dejado al menos doce muertos en un primer recuento, según informó la Policía.

Según esas fuentes, el suicida hizo detonar la carga explosiva que llevaba encima en el vestíbulo del hotel Al Mansour, causando también importantes daños materiales.

En el primer ataque, hacia las nueve de la mañana hora local iraquí, en plena hora punta, el suicida iba al volante de un camión-cisterna de combustible, que estalló junto a una comisaría de Policía.

La explosión se produjo poco después de que soldados norteamericanos entraran en el edificio, según fuentes policiales, aunque todavía se desconoce si hay víctimas entre ellos.

Diez muertos al sur de Bagdad

Por otro lado, diez personas murieron y treinta resultaron heridas en un tercer atentado suicida en Hila, capital de la provincia chií de Babel, a 100 kilómetros al sur de Bagdad.

El ataque perpetrado con coche bomba tuvo como objetivo un centro de reclutamiento de Policía en la sede del Gobierno local. Entre los muertos hay ocho policías, mientras que la mayor parte de los heridos eran hombres que hacían cola para enrolarse en la Policía.

Este tipo de atentados suicida contra colas de reclutamiento de la Policía o del Ejército iraquí son una estrategia habitual de la insurgencia extremista suní.