Internacional

Muere el último shah

Mohammad Zahir reinó en Afganistán durante cuarenta años antes del dominio soviético

El último rey de Afganistán, Mohammad Zahir Shah, murió esta mañana a los 92 años. Reinó durante 40 años, entre 1933 y 1973, hasta que las ambiciones soviéticas le obligaron a coger rumbo al exilio en Italia. Representante dinástico de una época perdida para siempre, su gobierno coincidió con uno de los períodos más pacíficos de Afganistán. Tras la invasión del país por Estados Unidos, el último shah afgano fue proclamado 'Padre de la Nación' por la nueva Constitución.

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El presidente Hamid Karzai definió a Mohammad Zahir Shah como "el fundador de la democracia en Afganistán y un símbolo de la unidad nacional". Otras versiones también añaden que fue un monarca preocupado por amasr una fortuna personal y concentrado en su corte, alejado de las miserias, las hambrunas que mataron a miles de afganos bajo su reinado.

El último shah de Afganistán nació en 1914 en Kabul, la capital. Estudió en Francia y accedió al trono con 19 años cuando su padre fue asesinado por un estudiante. Durante veinte años, el nuevo rey permaneció en la sombra y cedió el gobierno a tres de sus tíos.

En 1953, tomó pleno control de Afganistán y comenzó una serie de tímidas reformas de apertura y modernización. Defendió la supresión del velo para las mujeres, usó dinero extranjero para desarrollar las mediavlaes infraestructuros del país y supo mantener un equilibrio entre las caluroso relaciones con Estados Unidos y Occidente y con la vecina Unión Soviética.

De vacaciones en su mansión de Italia, en 1973, Zahir Shah se vio de repente relegado por un golpe de estado organizado por sus familiares, entre ellos el principe Daud. Acababan dos décadas de reinado del último de la dinastía Durrani.

Daud fue asesinado seis años después tras la invasión soviética en 1979. Desde entonces, Afganistán ha vivido un período de guerras, inestabilidad y radicalismo que culminó con la llegada al poder de los talibanes.

La élite afgana homenajea con nostalgia a Zahir Shah, el último rey, el final de una dinastía. Otros lo consideran un gobernante corrupto e ineficaz.