Cristina Kirchner elogia la política de su marido frente al pasado neoliberal
La favorita en la elección presidencial argentina explica sus propuestas en Madrid
Madrid
Argentina espera a una mujer enérgica y contundente, de cautivadoras maneras. En un encuentro público en Madrid durante su visita a España, la senadora Cristina Fernández de Kirchner ha vuelto a demostrar por qué es la favorita para ganar la próxima elección presidencial de octubre. Con un discurso claro y directo, atacó sin ningún remilgo las políticas neoliberales que llevaron al país a su última debacle en 2001 y defendió apasionadamente el mandato de su marido, un gobierno "progresista" que ha demostrado ser compatible con una gestión económica eficaz, "racionalista".
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La candidata Fernández de Kirchner (La Plata, 1953) compareció en el Foro Nueva Economía, celebrado en el Hotel Ritz de Madrid, ante decenas de empresarios y políticos, entre ellos la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, y el secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga.
El recuerdo de la última visita de Néstor Kirchner, presidente saliente y esposo de la aspirante, cuando el mandatario recriminó abiertamente a los empresarios su pésima actitud en la crisis argentina de 2001, flotaba en el ambiente. La "cumbre borrascosa", la calificó con humor Cristina Fernández, refiriéndose a aquel encuentro ya hace casi cuatro años.
Pero a pesar de que las formas fueron más suaves y conciliadoras, el mensaje fue el mismo, igual de duro con las "nefastas" políticas neoliberales que el Fondo Monetario Internacional, con Estados Unidos a la cabeza y las grandes empresas detrás, impusieron a Argentina durante los años noventa. "Aquella receta nos condujo a un déficit crónico y una deuda pública insólita", dijo, y advirtió a renglón seguido: "Quiero empresarios buenos y que sepan contar. En ese orden."
Problemas históricos
Fernández de Kirchner aprovechó la ocasión para dar su visión de los problemas históricos que ha arrastrado Argentina, "ese gran interrogante", un país con recursos ilimitados que, sin embargo, ha fracasado en conseguir un período largo de estabilidad y prosperidad. "Las continuas crisis de legalidad y legitimidad nos llevaron al hundimiento de 2001, que todos ustedes vieron por televisión. Nos encontramos un país en ruinas y nadie confiaba en nosotros", explicó.
La ahora candidata presidencial por el partido Frente para la Victoria, una facción del peronismo, renegó del neoliberalismo y reivindicó como propia la gestión de su marido, que describió como un modelo mixto. "En nuestro país hemos oscilado como un péndulo, del modelo de sustitución de importaciones a una economía basada en las exportaciones", argumentó.
"Por una vez, establecimos un gobierno que comenzó un proceso de desendeudamiento y que al mismo tiempo ha lanzado un proyecto serio de reindustrialización". Cristina Kirchner es senadora desde 2001 y ha contribuido desde el Congreso al desarrollo de la nueva estrategia. "Logramos con esta política el superávit que tanto nos repitieron desde el FMI".
Vendaval de frescura
Como posible futura presidenta, Cristina Fernández se refirió también a las relaciones con países conflictivos del entorno. "Debo decir que muestro mi agradecimiento al presidente Chávez por la ayuda que recibimos de él durante la crisis", dijo.
También tuvo palabras para los generales de la dictadura militar argentina (1976-1983). "Celebro que vayan a ser juzgados, un derecho que no concedieron a más de 30.000 personas", respondió a una pregunta de esta web.
La intervención de la senadora, no leída, fue percibida por el público como un auténtico vendaval de frescura, sinceridad y convicción. Algunas de sus tajantes afirmaciones causaron perplejidad. Una mujer que ya se suma a Michelle Bachelet, a Ségolène Royal, a Hillary Clinton, a ese grupo de mujeres de presencia y discurso imponentes, cuyo imparable ascenso es admirado en medio mundo.