'Cibermonjas' de clausura
Las monjas de un convento de Sicilia reciben correos de personas pidiendo oraciones a la carta por sus necesidades
Madrid
Siempre se ha dicho que las monjas de clausura basaban su vida en la oración por el resto del mundo pero en pleno siglo XXI las hermanas de un convento siciliano han decidido que era el momento de modernizarse a través de Internet y transmitir su forma de vida en La Red. Cuando la monja Marchisia Prefolio inauguró el convento en 1295 no podría ni imaginarse que la clausura sería compatible con la comunicación con el resto del mundo.
Según informa el periódico The Guardian, las monjas han decidido que su voto de silencio las impide hablar con vecinos o llamar por teléfono a viejos amigos, pero no intercambiar correos electrónicos.
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Las doce hermanas que conviven en el convento de Santo Spirito, en Argiento, han abierto una página web y responden con alegría a aquellos que tienen curiosidad por saber cómo se siente estando todo el día en silencio dentro de su orden cisterciense. Uno se pregunta si las hermanas estarán conectadas al Messenger y si con este avance el voto de silencio quede en agua de borrajas.
Consejos para futuras novicias
Las hermanas no dan abasto de momento para atender a los múltiples correos electrónicos que les llegan, dice la hermana Maria, en una entrevista telefónica realizada por The Guardian. Las monjas aspirantes pueden recibir consejos de las novicias del Santo Spirito, para conocer en detalle lo que pueden esperar de su futura vida, explica Maria.
"También quisimos abrir esta página para que la gente nos pidiera las oraciones que necesitaban que rezásemos por ellos desde aquí, así como para mostrar el mundo la misión que nos ocupa", aseguró. "Esperamos demostrar que también Internet puede ser utilizado para hacer el bien".
Internetno parece interferir en la rutina diaria de estas monjas, que comienzan el día a las cuatro y media de la mañana. "No hemos puesto tiempo límite para el uso de Internet a nuestras hermanas, aunque sí recomendamos usarlo con discreción", dice Maria.
Las monjas mantienen ahora contacto regular con otras cistercienses de Estados Unidos y Francia a través de correo electrónico, dice Maria, y el sitio incluye un buzón desde el que los usuarios pueden solicitar una habitación de invitados en el convento.