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Se cumple una semana del terremoto en Perú sin esperanzas de encontrar más supervivientes

Las labores se centran en el reparto de ayuda y asistencia a los damnificados

Las autoridades peruanas han descartado la posibilidad de encontrar algún otro superviviente una semana después del terremoto que devastó la costa central del país y dejó, según cifras oficiales, 513 muertos y miles de heridos y damnificados.

Mientras las labores se centran en el reparto de ayuda y la asistencia a los damnificados, el primer balance económico efectuado por el Gobierno apunta a que el terremoto tendrá un impacto de 0,3 puntos en el crecimiento económico del país, que estaba previsto para este año en un 7,9 por ciento, mientras el costo directo de la tragedia fue cifrado en 230 millones de dólares.

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Los servicios básicos en las ciudades de Ica, Cañete y Chincha, todas ellas al sur de Lima, comienzan a recuperarse poco a poco, mientras que Pisco, cuya infraestructura quedó completamente destruida, sigue sin luz ni agua pese a los esfuerzos de las brigadas de reparación.

Gran parte de la población de Pisco sobrevive en campamentos instalados en diversos sectores de la ciudad, a cuyo aeropuerto sigue fluyendo ayuda procedente de muchos países.

La acción de los voluntarios internacionales se concentra ahora en la atención sanitaria para las víctimas y los pobladores, cuyos principales problemas son las afecciones respiratorias y diarreas.

El Ministerio de Salud alertó, además, a la población sobre la presencia de arañas venenosas entre los escombros.

Sigue la búsqueda de cadáveres

Al tiempo que los servicios de rescate comienzan a adentrarse en lugares apartados en busca de cadáveres, los restos de la iglesia de San Clemente de Pisco, donde murieron 148 personas, fueron derruidos para evitar la caída de la endeble ruina.

Siete días después de la tragedia, el presidente de Perú, Alan García, prometió hoy que Pisco estará libre de escombros en diez días y lista para comenzar su reconstrucción.

García agregó que hay 20 brigadas formadas por damnificados contratados por el gobierno con el material necesario para realizar la limpieza de la ciudad costeña y de otras urbes también afectadas como Ica, Chincha y Cañete.

Añadió que la asistencia ha alcanzado al 95 por ciento de la población en las ciudades más afectadas por el seísmo, que fue seguido por un maretazo en localidades como Paracas y Pisco Playa.

Por su parte, el presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, anunció que el gobierno hará un censo para empadronar a los damnificados los próximos 29, 30 y 31 de agosto.

Numerosos edificios históricos de Lima y de la región de Ica resultaron dañados por el sismo, así como importantes centros turísticos de la zona.

Entre las edificaciones dañadas se encuentra el Congreso de la República y el Ministerio de Trabajo, en Lima, mientras que en la Reserva Nacional de Paracas, situada frente al epicentro del terremoto, desaparecieron sus más emblemáticas formaciones rocosas.

El canciller de Perú, José Antonio García Belaúnde, destacó, por otra parte, la rápida e "importante" ayuda humanitaria enviada por España y los países latinoamericanos para paliar las consecuencias del sismo.

El Gobierno español fletó un Boeing 747 con 90 toneladas de ayuda y hoy envió en otro aparato más pequeño otras 30 toneladas, la mayor carga llegada a Perú desde el terremoto procedente del extranjero.

 
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