EEUU rinde homenaje a las víctimas del 11-S en el sexto aniversario de los atentados

11-S. La mañana de hace seis años quedará marcada para siempre en la historia de Estados Unidos y del mundo en general. Pocos minutos antes de las 9 de la mañana (las 15 horas en España) dos aviones comerciales impactaban contra los edificios más altos de Nueva York: sólo dos horas después, las Torres Gemelas se derrumbaban y sepultaban bajo miles de toneladas a casi 3.000 personas. No eran las únicas víctimas mortales del ataque terrorista más cruel de la historia. Otro avión impactaba contra el Pentágono de Washington y otro más se estrellaba en Pennsylvania, cuyo objetivo se cree que era la Casa Blanca. EEUU entraba en guerra y el mundo, en un permanente estado de miedo.

La ceremonia principal de recuerdo a las víctimas ha sido idéntica a la de anteriores años, con la lectura de los nombres de las casi 3.000 víctimas mortales en Washington y Nueva York. Pero este ha sido el aniversario con mayor tensión política desde los atentados.

Primero, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberhg, no quería que la ceremonia de su ciudad se celebrase en la 'Zona Cero', ya que quiere que pierda su carácter de santuario y que avance la construcción del nuevo rascacielos. Al final se reunió con las familias de los fallecidos y cedió.

Pero la mayor polémica tiene que ver con su predecesor en el cargo, Rudolph Giuliani. Sus enemigos políticos le acusan de utilizar la tragedia del 11-S en beneficio de su campaña presidencial. Hillary Clinton, senadora demócrata por Nueva York, asistió a la ceremonia pero no pronunció ningún discurso. Todo lo contrario que Giuliani, candidato republicano a la Casa Blanca. Y eso, a pesar de que muchas familias le han pedido que no lo haga para no convertir los actos de homenaje en un mitin de campaña electoral.

"El 11-S todavía sigue matando"

Pero esa no es la única polémica. Este año, la lectura de los nombres de los fallecidos ha incluido el de Felicia Dunn-Jones, que no murió en los atentados, sino meses más tarde por problemas respiratorios al inhalar el polvo altamente contaminante del derrumbe de las dos Torres Gemelas. Familiares de bomberos, policías y trabajadores de rescate que también han muerto quieren que se reconozca que ese polvo, cargado de asbestos, es el que acabó con sus vidas. De esa manera, podrían optar a ayudas públicas como víctimas de atentados. "El 11-S todavía mata", asegura un periodista que ha investigado estos casos. "Cuando construyan el monumento de conmemoración deberían dejar sitio para los que están murieron ahora", afirma este reportero.

Y está finalmente lo que el 'The New York Times' ha denominado "el cansancio del 11-S". "¿Hasta cuándo se conmemoró el ataque a Pearl Harbour", se pregunta el diario. Al menos una cadena de televisión local, la ABC, ha anunciado su decisión de no retransmitir los actos, decisión que les ha costado ser calificados de "poco patrióticos". El Gobierno de Bush ha conseguido que todo lo que rodea al 11-S tenga un claro tinte conservador. La cadena Fox News, por ejemplo, está encantada con dedicar toda su programación de hoy al recuerdo y homenaje. Mientras, los medios progresistas creen que hacerlo con esta devoción supone desenterrar la política del miedo que tanto ha usado el presidente Bush.