Los 50 inmigrantes del 'Corisco' desembarcan en Libia

Los 50 inmigrantes subsaharianos rescatados en alta mar por el pesquero Corisco, de bandera lusa y tripulación española, han desembarcado sin incidentes en el puerto de Trípoli después de dos días de intensas negociaciones entre España, Portugal y las autoridades libias, quienes a partir de ahora se harán cargo de los inmigrantes. Por el momento, estas 50 personas han sido conducidas a un centro de tránsito. Libia expulsará previsiblemente a los inmigrantes en situación irregular, tal y como hizo en otras ocasiones similares.

Esta mañana, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, confirmaba que el pesquero había recibido autorización para desembarcar, tras una conversación que él mismo ha mantenido con el jefe de gabinete del presidente Muamar al Gadafi. "Anoche hablé con el jefe de gabinete de Gadafi y a la media hora estaba resuelto", ha dicho Moratinos a los periodistas a su entrada al Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea.

El Corisco, pesquero de bandera portuguesa y con base en Santa Pola (Alicante), rescató el sábado por la mañana en aguas de Libia a cincuenta inmigrantes, entre ellos cinco mujeres y tres niños, que iban a bordo de una lancha que se encontraba medio desinflada.

Situación humanitaria al límite

El pesquero ha vivido una situación angustiosa, ya que los víveres comenzaron ayer a terminarse y la situación se estaba volviendo muy caótica, por lo que el armador pidió ayer celeridad para resolver este asunto. Según relató el patrón del barco en una entrevista a la SER, los niños se encontraban en un estado de salud delicado ya que lloraban continuamente porque no había alimentos para ellos. "Apenas nos queda para pasar el día de mañana. Lo que teníamos en la nevera, el cocinero lo ha sacado" ha dicho el patrón. La situación a bordo ha sido muy complicada, ya que el pesquero no tiene condiciones para alojar a tal número de inmigrantes, a los que hay que sumar la tripulación, compuesta por 12 personas, con las provisiones limitadas. Además, el tiempo había empeorando en la zona, lo que agravaba aún más la situación a bordo.

Regreso a Santa Pola a finales de mes

Después del desembarco en Trípoli de los inmigrantes, la tripulación del continuará faenando hasta finales de mes en la zona, ya que se dedican a la pesca de la quisquilla. Después, regresarán a Santa Pola, localidad alicantina en la que tiene su base el pesquero. Asimismo, el armador se felicitó de la "rapidez" con la que se ha solucionado en esta ocasión, ya que en poco más de un año es la cuarta vez que un pesquero de Santa Pola rescata en el mar a inmigrantes a la deriva.

Finalmente, ha apelado a la ley del mar, que obliga a rescatar a aquel que se encuentre en peligro, aun sabiendo que "nos vamos a encontrar con problemas". Así, ha resaltado que los inmigrantes rescatados estaban abocados a "una muerte segura" por "el mal tiempo, que hubiera impedido que llegaran a tierra".