Polémica en Francia por la lectura de una carta de despedida de un joven comunista fusilado por los nazis

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, inicia la semana con una nueva polémica que se centra ahora en el mundo de la educación al imponer la lectura en los institutos de la carta que Guy Môquet, un joven fusilado por los nazis, envió a sus padres antes de ser fusilado por los nazis el 22 de octubre de 1941.

En su desgarradora misiva, Môquet pedía a su madre que fuera "valiente" y decía a su padre (diputado comunista) que había querido seguir el camino trazado por él.

Los manifestantes han denunciado "la recuperación política" de la figura de Môquet y el silencio oficial sobre su compromiso comunista. Así, varios miembros del Gobierno, como la ministra de Justicia, Rachida Dati, fueron abucheados o pitados al llegar a centros docentes para la lectura, mientras que ante el instituto Carnot de París donde Môquet estudió, estudiantes, profesores y simpatizantes de izquierda protagonizaron una manifestación de "resistencia".

Docentes en diversos centros habían anunciado su negativa a leer la carta, unos porque consideran que es una interferencia política en el programa pedagógico, otros porque la carta no explicita las convicciones ideológicas del autor, y otros porque "no se puede basar la enseñanza en la emoción", en palabras de un sindicato.

Los partidos de izquierdas, en primer lugar el comunista (PCF), ha denunciado la voluntad de Sarkozy de "revisar la historia" al "callar el compromiso comunista" de Môquet. Los socialistas, por su parte, advierten contra la "instrumentalización de la historia".

Sarkozy, quien el día de su toma de posesión el pasado 16 de mayo había anunciado que la carta de despedida del joven "héroe" se leería cada año a los alumnos en los centros de enseñanza, no acudió al instituto Carnot, contrariamente a lo previsto inicialmente. Su consejero Henri Guaino explicó anoche que el jefe de Estado no lo haría a causa de su "agenda internacional", que incluye un almuerzo con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y su salida hacia Marruecos para su primera visita de Estado al país magrebí.