Moscú restringe el número observadores que supervisarán las legislativas de diciembre
La OSCE lamenta las restricciones impuestas por el Kremlim, porque afecta a su capacidad para realizar su labor "de una forma seria y significativa"
Varsovia
Rusia ha reducido significativamente el número de observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) que supervisarán las próximas elecciones legislativas y ha impuesto ciertas restricciones a su estancia en el país, según ha informado hoy la OSCE.
La portavoz de la OSCE, Urdur Gunnarsdottir, ha indicado que el Comité Central Electoral de Rusia ha comunicado hoy a la OSCE esta decisión en una carta enviada a la Oficina para las Instituciones Democráticas y los Derechos Humanos, la rama de la OSCE encargada de supervisar los comicios.
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En la carta, Moscú limitaba el número de observadores en las elecciones del próximo 2 de diciembre a 70, en comparación con los cerca de 400 que supervisaron los anteriores comicios de 2003. Rusia ha restringido también el tiempo que los observadores pueden permanecer en el país, según este funcionario, que no ha dado más detalles al respecto.
Sin precedentes
La decisión rusa, según la portavoz de la OSCE, "no tiene precedentes". "Nunca habíamos recibido invitaciones que restringieran la labor de nuestra misión. Es una sorpresa, y estamos intentado evaluar qué consecuencias tendrán estas limitaciones", ha dicho Gunnarsdottir.
Desde Washington, la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, ha expresado la "preocupación y decepción" de Estados Unidos con motivo de la restricciones impuestas por Rusia a la misión de la OSCE, y ha dicho que Washington solicitará explucaciones a Moscú.
Rusia acusa desde hace varios años a la OSCE de aplicar en los países de la pos-soviética comunidad de Estados Independientes una política de doble rasero, que algunos sectores llaman sin ambages "anti-rusa". La decisión de Moscú de reducir el número de observadores extranjeros parece ser respuesta a las crecientes críticas a Rusia por la involución democrática y los rígidos filtros impuestos por el Kremlin para la actividad de la oposición y la libertad de palabra.