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El Supremo ratifica la condena a 16 años de cárcel a un teniente por abusos sexuales a 28 reclutas

Fuentes de Defensa aseguran que será expulsado en cuanto se comunique oficialmente la sentencia

El Tribunal Supremo ha condenado a un teniente de la academia de suboficiales de Talarn (Lleida) a 16 años y siete meses de prisión por abusar sexualmente de 28 reclutas. Según ha sabido la SER de fuentes del Ministerio de Defensa, el militar será expulsado en cuanto se comunique oficialmente la sentencia.

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En noviembre de 2006, el Tribunal Militar Territorial le condenó y él recurrió, y ahora -un año después- el Supremo ratifica la condena de 16 años y 7 meses de prision. Pero, mientras tanto, este teniente ha seguido en activo, según ha confirmado el Ministerio de Defensa, dado que la sentencia -alega el Ministerio- hasta ahora no era firme. Este teniente ha venido trabajando durante este tiempo en la Academia de suboficiales de Talarn.

Los hechos por los que se le condena se produjeron en 2003 en la Academia logística de Zaragoza, en Calatayud. El condenado era el superior, tutor y evaluador del periodo de formación de las 28 víctimas, reclutas que intentaban entrar en el Ejército a través de esa academia. Entre otros abusos, el condenado les practicó tocamientos y las obligó a simular que mantenían relaciones sexuales con él.

La sentencia resalta que las víctimas, dada su inexperiencia en el ámbito militar y su temor a posibles represalias, se veían obligadas a soportar "las arbitrarias apetencias" de su superior, "pese a la humillación que sentían".

Las acciones a las que fueron sometidas

El documento del Tribunl Supremo recoge, de manera numerada, las acciones a las que fueron sometidas las alumnas.

A unas de las víctimas, con la excusa de que tenían que ejercitar sus brazos y coger más fuerza, les obligó a hacer "la carretilla". La sentencia recoge : "Al hacer más tarde la "carretilla, el Teniente, le cogió de la pantorrilla para, progresivamente, ir subiendo sus manos hacia las ingles, hasta palparle dicha zona y cuando se resbalaba le cogía de laentrepierna, en vez de cogerla, como normalmente se hacía, por los tobillos. En ambas posturas, le tocó la zona pélvica y las nalgas; cuando manifestaba su malestar, el Teniente, apartaba sus manos, para volverlas a colocar cuando cesaban sus quejas."

Haciendo referencia a otra soldado, el documento explica "Comenzó a hacerle preguntas personales, de donde era, si tenía o no novio, que como iban a hacer para verse y si después de la jura se iba a tomar algo con él, y cuanto pesaba. Al contestarle que no lo

sabía, con la excusa de pesarle, aprovechando la situación de soledad en la que se entraba la Soldado, se puso detrás de ella, la cogió con ambas manos entre las piernas, con las palmas abiertas, por la zona vaginal, y la levantó a la vez que la apoyaba contra su cuerpo; al bajarla despacio se restregó contra ella, le dio dos besos y le dijo que cuando jurase bandera tenían que quedar para tomar algo".

El teniente aprovechaba para darles masajes alegando que las notaba "tensas"; a tocarles las partes íntimas diciendo que sus verdaderos objetivos eran, entre otros, corregirles la postura o ejercitar sus músculos. En las entrevistas personales insistía en asuntos personales como si tenían novio o qué relación mantenían con sus compañeros.

A otra de las reclutas, añade la sentencia, tras advertirle que no se preocuparapues iba a tratarla muy bien, estuvo dando vueltas y se agachó varias veces para verle su posición. Seguidamente, le dijo que abriera las piernas y empezó a tocarle por la parte interior de los muslos, acariciándoselos, y también las nalgas como si las estuviera restregando; luego le dijo que se incorporara lateralmente hacia un lado y hacia el otro, sobándole ambos costados y los pechos; la Soldado pudo apercibirse de los suspiros del Teniente, que le parecieron jadeos sexuales, y tuvo la sensación de que estaba nervioso y miraba hacia los lados para ver si venía alguien. Tras la prueba se sintió muy confusa, pues en otras maniobras le habían corregido de otra manera; sintió impotencia y mucha rabia, pues si no hubiese sido un Teniente el examinador le hubiera propinado un bofetón y por la noche comenzó a llorar alrecordar lo sucedido."

 

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