Kibaki propone la creación un gobierno de unidad nacional en Kenia
Su opositor, Odinga, ha puesto tres condiciones para sentarse a negociar con Kibaki entre las que se encuentra su renuncia al cargo

Odinga, líder del Movimiento Democrático Naranja(Reuters)

El presidente keniano, Mwai Kibaki, ha retrocedido hoy un paso y ha anunciado estar dispuesto a crear un gobierno de unidad nacional, mientras la oposición ha exigido otra vez que Kibaki abandone el cargo.
El anuncio oficial de Kibaki ha llegado por medio del jefe del servicio de prensa del palacio presidencial, Isaiya Kabira, que ha dicho que "el gobierno está dispuesto a encontrar una solución que ponga fin a la violencia con la constitución de un ejecutivo que agrupe a todas las formaciones políticas".
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El palacio presidencial ha publicado el comunicado después de que el presidente se reuniera con la enviada del gobierno de EE.UU, la secretaria de Estado adjunta para Asuntos Africanos, Jendayi Frazer.
Frazer se había reunido antes también con el opositor Raila Odinga.
El mensaje de Kibaki ha sido transmitido a Odinga, líder del Movimiento Democrático Naranja (ODM), en plena conferencia de prensa, y ha respondido asegurando que sus exigencias no han cambiado. "No reconocemos la victoria de Kibaki, que está usurpando un cargo que concluyó el pasado 30 de diciembre", dijo Odinga.
Denuncian irregularidades en el recuento de los votos
El jefe de filas de la oposición denuncia el recuento fraudulento de los comicios del 27 de diciembre que otorgaron la victoria a Kibaki, reelegido jefe de estado por el Partido de Unidad Nacional (PNU).
"Kibaki no puede gobernar este país a través del miedo", dijo Odinga, "Idi Amin -dictador ugandés- lo intentó en Uganda y todos conocemos los resultados".
Odinga señaló tres condiciones básicas para sentarse a negociar con Kibaki: "que renuncie al cargo, que reconozca la existencia de una grave crisis en el país y que acepte la mediación de la comunidad internacional", explicó.
En su segundo y tercer puntos, el líder del movimiento naranja hacía referencia a la obstinación del presidente en no admitir que Kenia atraviesa una crisis tribal y política que ha derivado en violencia y que se ha cobrado la vida de, al menos, 300 personas, y ha desplazado a más de 150.000, según Naciones Unidas.




