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El nuevo gobernador de Nueva York reconoce relaciones fuera de su matrimonio

Con el ejemplo aún caliente de Spitzer, David Paterson y su esposa hablan en una entrevista de su pasado para evitar escándalos

David Paterson, nuevo gobernador de Nueva York, junto a su esposa, Michelle Paige

Nueva York

David Paterson ha jurado como el nuevo gobernador de Nueva York, tras el escándalo que obligó a su predecesor, Eliot Spitzer, a renunciar. Paterson, de 53 años, se convierte en el primer gobernador negro y ciego de Estados Unidos y a su llegada al cargo ha querido evitar todo tipo de intromisiones en su pasado con el ejemplo de Spitzer aún caliente.

El nuevo gobernador de Nueva York ha asegurado al tabloide local Daily News que él y su esposa mantuvieron relaciones fuera de su matrimonio en el pasado. En una entrevista conjunta, ambos cónyuges reconocieron que esas relaciones ocurrieron hace tiempo cuando la pareja pasó por una crisis en su matrimonio.

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Paterson asegura haber tenido una relación de dos o tres años con otra mujer. Algo que confirma su esposa, quien dice en la entrevista que "como todos los matrimonios, atraviesas momentos difíciles". Sin embargo, Paterson ha querido dejar bien claro que no utilizó dinero público para sus relaciones.

Nacido en Brooklyn, el hasta ahora vicegobernador de Nueva York perdió la vista en la infancia, debido a una infección que le afectó el nervio óptico y le dejó sin vista en un ojo y con un mínimo resto visual en el otro. Llega al cargo después de que Spitzer renunciase la semana pasada debido a lo que calificó de "fracasos privados" cuando se supo a través del diario The New York Times que tenía relaciones con una red de prostitutas de alto nivel.

La economía, el primer obstáculo

"Nunca esperé tener el honor de servir como Gobernador. Pero nuestra constitución así lo establece", señaló Paterson durante su discurso y agregó que era una evidencia de que "somos un gobierno de leyes y no de individuos". También recordó que toma las riendas del gobierno en momentos difíciles para su estado y la economía estadounidense.

El estado de Nueva York afronta una brecha presupuestaria de hasta 5.000 millones de dólares, la cual se está ampliando debido a las turbulencias financieras que afectan a las empresas que forman su base impositiva.

En las dos próximas semanas, los poderes ejecutivo y legislativo tienen que ponerse de acuerdo sobre el presupuesto estatal para el próximo ejercicio. La aprobación del presupuesto, que debería entrar en vigor en abril, es tradicionalmente uno de los pulsos políticos más enconados a nivel estatal, sobre todo en lo que se refiere a recortes o aumentos del gasto.

 
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