La población atrapada en Basora por los combates sólo tiene agua para dos días
Naciones Unidas alerta de la situación humanitaria de la ciudad, inmersa en los combates entre ejército y milicias
La población de la provincia iraquí de Basora, atrapada en medio de los enfrentamientos entre el ejército y los milicias chiíes, cuenta con reservas de agua para apenas dos días, ha alertado este viernes Naciones Unidas.
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"Estamos muy preocupados por la degradación de la situación humanitaria en Basora. Por el toque de queda es imposible que los trabajadores humanitarios distribuyan la ayuda que tanto necesitan los habitantes", declaró la portavoz del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), Veronique Taveau, a la prensa en Ginebra. Basora es la segunda ciudad más importante de Irak, con una población de 3,2 millones de personas, de la que la mitad son niños, según los datos de ese organismo.
"El acceso al agua potable es particularmente crítico. Estimamos que sólo quedan reservas para dos días", ha dicho Taveau, tras explicar que la población no puede consumir la del grifo debido a su fuerte salinidad y a su pobre calidad. En el caso de que eso ocurra, se teme un aumento dramático de los casos de diarrea y otras enfermedades, particularmente entre los niños.
Sin garantías para la entrega
Unicef tiene reservas suficientes para asistir a la población de Basora, pero necesita "garantías" para su distribución, subrayó la portavoz, quien sostuvo que por ahora "es imposible que nuestros colaboradores se desplacen para distribuir cualquier ayuda".
El mismo problema fue denunciado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que señaló que "el principal problema es desplazarse" y dijo que, por el momento, sus representantes en Irak están confinados en sus viviendas y oficinas.
Sostuvo que la situación no sólo es grave en Basora, sino también en Bagdad: "En algunos hospitales se han acabado los alimentos, falta electricidad y los empleados no pueden llegar, de modo que ni siquiera hay personal para las cirugías y para atender a los pacientes".
La situación es tan alarmante, agregó el organismo humanitario, que algunas familias llevan sus pequeños generadores eléctricos a los hospitales para que éstos puedan seguir funcionando. Asimismo, el CICR denunció ataques contra ambulancias, por lo que pidió "a todas las partes involucradas en los combates que protejan a los civiles de todo acto de violencia y garanticen su acceso a los servicios esenciales, y que el transporte médico no sea objeto de ataques".