Irak impone el toque de queda indefinido en Bagdad
Las autoridades intentan contener los enfrentamientos registrados entre milicianos chiíes y fuerzas de seguridad iraquíes, que ya han provocado 300 muertos
Las autoridades iraquíes han decidido hoy ampliar por un plazo indefinido el toque de queda impuesto en la capital, Bagdad, para intentar contener los enfrentamientos registrados entre los milicianos chiíes y las fuerzas de seguridad iraquíes. Estos combates entre fieles al clérigo chií Muqtada al Sadr y el Ejército iraquí apoyado por las fuerzas de la coalición han dejado ya más de 300 muertos en seis días de enfrentamientos.El toque de queda, decretado el pasado jueves, debería haber concluido a primera hora de hoy, pero las autoridades han decidido prolongarlo ante el peligro de que la situación quede fuera de control.
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"Para derrotar a los grupos terroristas, los forajidos y las bandas criminales y preservar las almas de nuestros ciudadanos, extendemos el toque de queda en Bagdad de forma indefinida para personas, coches y motocicletas", explica el comunicado difundido por las fuerzas de seguridad iraquíes.
Y es que ya son más de 300 muertos en tan solo seis días. En la ciudad de Basora, a 550 kilómetros al sur de Bagdad, donde estalló la violencia el pasado lunes por la noche, el número de víctimas civiles asciende ya a 125 y a 500 los heridos, según fuentes del Ministerio del Interior, que no ha ofrecido datos sobre la cifra de muertos pertenecientes al Ejército. Las víctimas mortales hasta hoy en Bagdad ascienden a 125 y a 892 los heridos, según fuentes médicas citadas por la agencia de noticias independiente "Aswat al Irak".
El Ministerio del Interior ha informado de que cientos de voluntarios se han ofrecido para luchar junto a las fuerzas gubernamentales en Basora, después de que el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, lo solicitara.
Dos partes en conflicto
La milicia de Al Sadr, segunda fuerza chií de Irak, se había mantenido inactiva hasta el pasado lunes desde que en agosto de 2007 su líder se comprometió a no hacer uso de la violencia, lo que contribuyó a la mejora de la seguridad en el país.
Al Maliki, por su parte, se muestra firme en su voluntad de acabar definitivamente con el "Ejército del Mahdi" y en estos momentos se encuentra en Basora, donde ha ordenado actuar con determinación en contra de las milicias y ha asegurado que no abandonará la ciudad hasta que la situación esté totalmente controlada.
Asimismo, el Gobierno iraquí ha dado un ultimátum a los milicianos de Al Sadr para que entreguen las armas antes del próximo 8 de abril.
Los enfrentamientos entre el Ejército iraquí y la milicia chií estallaron el pasado lunes por la noche, coincidiendo con el comienzo de una operación de seguridad en Basora supervisada sobre el terreno por Al Maliki, bautizada con el nombre de "Carga de Caballería", con el objetivo de "imponer en la ciudad el imperio de la ley".