Más de 100 países acuerdan prohibir sus bombas de racimo
Dublin acoge la firma de un tratado internacional en el que no participan EE UU, China o India.- Sus términos deberán ser ratificados en diciembre en Noruega
Londres
El primer ministro británico, Gordon Brown, ha sido el primero en anunciar que su ejército eliminará definitivamente su arsenal de bombas de racimo, causantes de miles de muertes en todo el mundo. "Hemos decido ponerlas fuera de servicio. Creo que es un gran paso para hacer del mundo un lugar más seguro", ha dicho Brown desde su residencia oficial de Downing Street en Londres. El director de la Fundación para la Paz, Jordi Armadans, ha considerado en el programa Punto de Fuga de la Cadena SER, que el contenido del tratado es "realmente bueno" y ha mostrado su satisfacción por que este arma "quede erradicada de forma absoluta".
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Fuentes diplomáticas españolas han confirmado que los 109 países que participan, desde el 19 de mayo, en estas conversaciones han logrado un "amplísimo consenso" sobre el último texto de la presidencia irlandesa, que aborda la mayoría de demandas planteadas por la CMC. El subdirector general de No Proliferación y Desarme del Ministerio español de Asuntos Exteriores, Ignacio Sánchez de Lerín, ha explicado que el documento "cumple con los objetivos marcados" y que España "también ha dado el visto bueno al contenido del nuevo tratado".
El acuerdo, no obstante, ha sido negociado sin la participación de los principales productores y usuarios de este tipo de armas (Estados Unidos, Israel, Rusia, China, India y Pakistán), que se oponen a su prohibición.
Excepciones y grandes ausencias
Después de intensas discusiones para redefinir qué tipos de bombas de racimo "causan daños inaceptables a civiles", el borrador introduce una excepción para las bombas de fabricación alemana Smart 155, lo que ha disgustado a algunos participantes. Esta munición dejará de clasificarse como bomba de racimo, ya que "elimina los riesgos y efectos producidos por submuniciones que no han explotado en áreas indiscriminadas", principalmente en zonas civiles. Por contra, quedarán prohibidas, entre muchas otras, las MAT-120 de la empresa española Instalaza, que contienen mecanismos de desactivación similares a las alemanas.
Otro de los asuntos que ha divido a los participantes en la conferencia de Dublín es el de la "relación de los países firmantes del tratado con los no firmantes", como Estados Unidos, Rusia, China, India o Pakistán.
Un acuerdo histórico
En suma, los países participantes han acordado "prohibir, bajo cualquier circunstancia, el uso, desarrollo, fabricación, adquisición y almacenamiento" de este las bombas de racimo, cuyas víctimas son mayoritariamente civiles. Pese a ello, después de intensas discusiones para redefinir qué tipos de bombas de racimo "causan daños inaceptables a civiles", el borrador introduce una excepción para las bombas de fabricación alemana Smart 155, lo que ha disgustado a algunos participantes.
Para la CMC el encuentro de Dublín ha sido el más importante celebrado en el mundo sobre cuestiones de desarme desde que en 1997 se prohibiese en Ottawa (Canadá) el uso de la minas antipersonales. El funcionamiento de las bombas de racimo, causa de miles de víctimas en conflictos como el de Líbano, Irak o Kosovo resulta muy polémico porque, al hacer explosión, diseminan bombas muy pequeñas en una amplia zona, muchos de las cuales no estallan al hacer impacto y pueden ser activadas más tarde si son pisadas o las toca algún civil.
El Gobierno irlandés presentará en Dublín este viernes el texto final que ratificarán los 109 países firmantes en una ceremonia que se celebrará en Oslo (Noruega) el 2 de diciembre.
Entrevista a Jordi Armadans, director de Fundación para la Paz, en Punto de Fuga
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