Sociedad

Las playas de Vieques, plagadas de explosivos sin detonar

Las costas de la isla de Vieques se encuentran 'contaminadas' por minas antipersonales y proyectiles de la Marina norteamericana

Las revistas internacionales de viajes reconocen periódicamente a la isla puertorriqueña de Vieques como un destino obligado en el Caribe, sin embargo, sus playas paradisíacas esconden peligros que podrían ser más devastadores que la mordedura de un tiburón o un abordaje pirata.

La revista Travel + Leisure eligió esta semana a Vieques como la mejor isla para visitar de la región, incluyendo Bermudas y Bahamas, a pesar de que sus orillas están sembradas de minas antipersonales activas y proyectiles de gran calibre sin detonar.

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La Marina de Estados Unidos ha destruido desde 2005 y hasta junio de este año 12.108 de estas municiones y recogió casi 5.000 toneladas de desechos bélicos en la limpieza de 324 de las poco más de mil hectáreas de terreno contaminado en la isla.

El Congreso de Washington dedica anualmente unos 20 millones de dólares a esta tarea y a pesar de los esfuerzos de las comunidades organizadas de Vieques, con una población de 9.205 personas y unos 800 niños, y la propia Marina estadounidense para disuadir a los visitantes siguen llegando a las áreas contaminadas.

Los artificieros pasan horas evaluando las condiciones del terreno o la posibilidad de que haya tormentas eléctricas o llueva antes de adentrarse a buscar las bombas, sin embargo, encuentran habitualmente "huellas en la arena de niños pequeños caminando", aseguró a Efe el técnico de explosivos Edgar Colón.

Los viequenses saben que no deben adentrarse en esas zonas, originalmente casi tres cuartas partes de la isla, pero algunos se arriesgan buscando jueyes (cangrejos).

Más peligro corren las familias con embarcaciones privadas del resto de Puerto Rico o islas vecinas que pueden llegar a las "bonitas" playas por mar y desembarcan en parajes desiertos ignorando las grandes señales de peligro instalas.

Unos 80 civiles viequenses adiestrados en el manejo de explosivos ayudan a los efectivos de la Marina en esta labor en jornadas de 10 horas en las que gran parte del tiempo se invierte en estudiar y planificar la manera más segura de realizarla.

La Marina de Guerra de Estados Unidos ocupó la mayor parte de la isla durante 68 años, hasta mayo de 2003, y la usó como campo de tiro que incluso alquilaba a otras naciones para que probaran sus armamentos.

 
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