Francia revisa sus centrales nucleares tras admitir dos vertidos
Las revelaciones sobre estas fugas pueden tener consecuencias políticas en un momento en que el Gobierno francés plantea una reactivación del programa nuclear
El ministro francés de Ecología, Jean-Louis Borloo, prometió una revisión total de las prácticas de seguridad en las instalaciones nucleares tras admitir dos vertidos en otras tantas plantas de los cuales los responsables aseguran que no tienen consecuencias para la salud ni para el medio ambiente.
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Borloo afirmó en conferencia de prensa que se pasarán por el filtro de aquí al otoño "los dispositivos de información, de análisis y de seguridad", para lo cual se escuchará a los responsables industriales, militares, operadores y asociaciones ecologistas. "Quiero asegurar a los franceses que desde que se detecte un incidente haya información, que se avise a las autoridades", afirmó.
El titular de Ecología tuvo que comparecer ante la prensa pocas horas después de que la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) informara de una fuga de uranio del complejo de combustibles de Romans-sur-Isère que se produjo hace varios años por la ruptura de una canalización en un depósito de material atómico de uso militar.
Inspecciones
Tres inspectores de la ASN estaban en las instalaciones de Romans-sur-Isère, donde realizaron una inspección y revelaron la ruptura de esa vieja canalización enterrada, y el organismo de control indicó que la compañía estatal Areva debía proceder a descontaminar toda la zona y a retirar el material.
La prefectura del departamento de Drome (delegación del Gobierno) aseguró que este incidente ha sido catalogado en un nivel 1 de la escala internacional que llega hasta 7, y no tiene "ningún impacto medioambiental por el momento".
El presidente del laboratorio independiente de vigilancia radiológica CRIIRAD, Roland Debordes, que participó en una reunión convocada por las autoridades en Valence, reconoció que los hechos de Romans-sur-Isère "a priori son menos graves que los registrados en Tricastin".
Consecuencias políticas
Las revelaciones sobre estas fugas pueden tener consecuencias políticas en un momento en que el Gobierno francés plantea una reactivación del programa nuclear, con la posible construcción de una segunda central de tecnología EPR, además de la que se está levantando en la costa de Normandía.
Asimismo, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha firmado acuerdos con varios países a los que podría vender la tecnología francesa para la puesta en marcha de centrales nucleares de uso civil para la producción de energía.