Rafa Nadal sufre de lo lindo para clasificarse a los cuartos de final del US Open
El tenista manacorí ha necesitado cuatro sets para vencer al norteamericano Sam Querrey
Rafa Nadal ha conseguido la clasificación para los cuartos de final del Abierto de Estados Unidos, tras superar al norteamericano Sam Querrey que fue un rival muy incómodo para el español y que se ha convertido en el primer jugador del torneo en ganarle un set.
El numero uno del mundo no tuvo su mejor día y se mostró muy incómodo con el juego del estadounidense durante muchas fases del choque, pero, finalmente, sacó fuerzas de flaqueza para sellar su clasificación a unos cuartos donde ya le espera el también local Mardy Fish, que se deshizo (7-5, 6-2 y 6-2) del francés Gael Monfils.
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Lo cierto es que viendo el primer set nadie podía imaginar los apuros que pasaría el insular en los das mangas siguientes y es que en el primer parcial, Nadal se mostró intratable. Con dos ''breaks'' en el tercer y en el séptimo juego, el manacorí comenzaba a encarrilar su pase a una ronda en la que cayó en 2006, en la que hasta ahora era su mejor actuación en Flushing Meadows.
Querrey puso en apuros a Nadal
Sin embargo, la aplastante superioridad de ese primer set sólo fue un espejismo. En el segundo, pese a lograr dos nuevas rupturas en el tercer y quinto juego, el español tuvo que ver como Querrey, muy apoyado por su público en todo momento, conseguía tres ''breaks'' -dos de ellos en blanco- para anotarse el parcial por 5-7.
Sin duda, eran los mejores momentos del norteamericano, muy agresivo, con golpes muy profundos y con un ''drive'' que ponía en muchos aprietos a Nadal, que, no obstante, trató de enderezar el rumbo con una ruptura en el primer juego. En el octavo, Querrey dejó ese ''break'' en nada y el choque se marchó al desempate.
Reacción del manacorí
Ahí, apareció de nuevo el mejor Nadal, que volvió a demostrar que en la suerte del ''tie-break'' es un animal diferente. Con un contundente 7-2, celebrado por el mallorquín como un triunfo sabedor de su importancia, dilapidó las opciones del de San Francisco de ponerse por delante.
Ya en el cuarto parcial, el español mejoró, también ayudado por el cansancio de Querrey, que ya comenzaba a ser palpable. En el sexto juego, el número uno del mundo volvió a romperle el servicio a su rival, que trató de devolvérsela en el siguiente, pero que finalmente y, pese a gozar de varias bolas para hacerlo, no lo conseguía y firmaba una sentencia de muerte ejecutada en el siguiente servicio de Nadal.