Madonna le dedica "Like a Virgin" al Papa en Roma
"Dedico esta canción al Papa, porque soy una hija de Dios. Todos vosotros también lo sois", ha dicho la "reina del pop", en el concierto celebrado en Roma
La cantante Madonna, acusada en el pasado de montar uno de los espectáculos más satánicos de la historia, sorprendió el sábado a sus admiradores dedicándole su éxito Like a Virgin al papa Benedicto XVI, en el concierto celebrado en Roma, para el cual agotó todas las localidades.
Más información
- El Papa llega a Francia en su primera visita al país
- Kylie Minogue cuelga el "no hay entradas" en dos minutos
- Britney Spears resucita en los MTV Video Music Awards
- Benedicto XVI oficia una misa multitudinaria en París
- La Iglesia no puede reconocer las bodas de los divorciados
- Sevilla baila entusiamada a ritmo de la reina del pop
- El espectáculo de Madonna hace vibrar a 50.000 personas
"Dedico esta canción al Papa, porque soy una hija de Dios. Todos vosotros también lo sois", dijo el sábado la "reina del pop", quien cumplió 50 años recientemente, a los más de 60.000 asistentes al espectáculo de la gira mundial de "Sticky & Sweet". La eléctrica presentación de la artista de origen italiano hizo correr ríos de tinta en el país transalpino tanto por el espectáculo mismo, como por la por la dedicatoria, que fue calificada de "provocación".
"En la parada romana de su tour, Madonna no perdió la oportunidad de una provocación que será comentada con seguridad", afirma el periódico italiano Corriere della Sera en un reportaje de portada. Madonna, que proviene de una devota familia católica de origen italiano, ha levantado la ira de la Iglesia en el pasado con sus coreografías sexualmente explícitas, diseñadas para sorprender.
En 2006, Madonna, una devota admiradora de la mística judía, escenificó una falsa crucifixión en un concierto en Roma, como telón de fondo a las acusaciones de blasfemia proferidas por el Vaticano. La curia romana también condenó su controvertido vídeo de 1989 de la canción "Like a Prayer" donde aparecían cruces ardiendo, imágenes llorando sangre y Madonna seducía a un Cristo negro. El Vaticano se refirió a un espectáculo donde decoró el escenario con imaginería religiosa como "el show más satánico de la historia de la humanidad".