Bush olvida la crisis y ataca a Irán en su despedida de la ONU
El presidente de EEUU ha pasado de puntillas sobre la situación económica, mientras que el secretario del Tesoro, Henry Paulson, ha urgido a tomar medidas
El presidente de EE UU, George W. Bush, que, a seis semanas de las elecciones presidenciales con las que concluirá su mandato ha optado por despedirse de la ONU en un tono discreto, muy distinto del adoptado a su llegada a la Casa Blanca, ha pasado de puntillas sobre la crisis, hablando tan sólo del plan que ha presentado al Congreso para atajarla.
Más información
Bush dice que su Gobierno y el Congreso trabajan para que el plan esté en marcha "con la celeridad precisa". En su discurso, ha insistido en que Irán, embarcado en un programa nuclear denunciado por la comunidad internacional, y Siria siguen promoviendo en terrorismo. En este sentido, ha pedido que la ONU adopte sanciones contra Irán y Corea del Norte, por el peligro que entrañan para la no proliferación nuclear.
También ha destacado que la ONU y otras instituciones multilaterales son hoy "más necesarias y de modo más urgente que nunca, y debemos fortalecerlas", de modo que, en lugar de aprobar resoluciones de condena a los atentados terroristas "apruebe más resoluciones que impidan que esos atentados se produzcan".
A diferencia de otros años, Bush apenas tiene previstos contactos bilaterales con otros líderes. Además de su reunión con el secretario general, con quien hablará de asuntos como la reforma de la ONU, Georgia o Zimbabue, tan sólo se reunirá cara a cara este martes con el nuevo presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, en un momento en el que la batalla estadounidense contra los talibanes refugiados en Pakistán sacuden las relaciones entre ambos países.
Desde la Reserva Federal instan a tomar medidas
Por su parte, el presidente de la Reserva Federal de Estados unidos (Fed, por sus siglas en inglés), Ben Bernanke, ha instado al Congreso a llegar a un acuerdo lo antes posible sobre el plan de rescate anunciado por la Administración de George W. Bush para atajar la crisis financiera por valor de 700.000 millones de dólares (480.000 millones de euros). "Los mercados de capitales están bajo un gran estrés y urge adoptar acciones inmediatas para comprar acciones por valor de cientos de miles de millones de dólares intoxicados por las hipotecas basura", ha asegurado Bernanke a la Cámara estadounidense.
"A pesar de los esfuerzos de la Fed, el Tesoro y otras instituciones, los mercados financieros internacionales continúan bajo una extraordinaria presión", ha añadido en un documento oficial. Estas medidas, ha explicado, tienen como objetivo estabilizar la situación y evitar lo que, de otro modo, "podría ser un nuevo debacle de los mercados con muy graves consecuencias para la economía".
"Debemos tomar una acción decisiva"
En la misma línea, otro de los artífices del plan de la Casa Blanca, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, ha asegurado también hoy que "los mercados han alcanzado un nuevo nivel dentro de las turbulencias" que asolan Wall Street desde el estallido de la crisis. Además, ha advertido de que amenazan con salpicar al resto de la economía. "Debemos tomar una acción decisiva contra las causas profundas de esta agitación", ha enfatizado.
La Casa Blanca puso ayer toda su maquinaria a funcionar para conseguir el apoyo de los demócratas a su plan de medidas de rescate. En esta línea, Bernanke y Paulson recuerdan que es el momento de respetar la "disciplina bipartidista", es decir, de olvidarse de partidismos, según informa The New York Times. Pero no será fácil. El presidente Bush ha comparecido ante la Asamblea General de Naciones Unidas, donde se ha mostrado optimista respecto al éxito del plan de rescate.